Pronto hará dos meses del cierre del Llobregat Centre de Cornellà. Sin embargo, lejos de haberse convertido en un territorio fantasma, el que fue uno de los lugares de ocio más importantes del Baix Llobregat alberga gran guerra, que promete varias batallas. La primera, por la negativa de algunos propietarios a seguir asumiendo gastos cada mes sin saber qué planes hay para el centro.
Llobregat Centre cerró sus puertas el pasado 8 de enero al no poder asumir la deuda de 1,3 millones de euros del propietario mayoritario: la sociedad Comercial Inversora Cornellà Sur, SL, administrada por el exdirigente de Vox en Asturias Ignacio Blanco Urizar, que presentó su dimisión como líder del partido en el principado el mismo día que Crónica Global publicó su presunta implicación con el cierre. Hoy, esta deuda supera el millón y medio de euros.
Una quietud sospechosa
Antonio, Encarna, Juan y Fernando no están dispuestos a seguir pagando religiosamente "mientras el mayoritario, que nos ha obligado a cerrar, sigue sin poner un duro". Y lo que es peor, "sin soltar ni palabra de lo que pretende hacer con ese edificio", explican los cuatro propietarios a este medio.
Denuncian que la situación es surrealista e injusta, porque siguen pagando grandes cantidades de dinero para mantener un edificio en el que ya no pueden trabajar y, curiosamente, algunos propietarios no alzan la voz. Esto, explican los entrevistados, "nos hace pensar muchas cosas". ¿Podría ser que Comercial Inversora esté negociando con algunos comerciantes a espaldas de otros?. Lo cierto es que, además de sus cuotas mensuales, ahora se pretende que asuman de forma subsidiaria la cuota de los morosos, algo a lo que los entrevistados se niegan rotundamente. "En enero nos pasaron un recibo de 1.800 euros".
Necesitan el 80%
La sociedad administrada por Blanco tiene un 50,05% de la propiedad del centro. Sin embargo, esto no es suficiente, ya que para decidir sobre su futuro necesita alcanzar el 80%. Por tanto, algunos propietarios no entienden su silencio absoluto y sospechan que pueda estar intentando hacerse con el 30% que le falta sin que esas negociaciones trasciendan. Mientras, insisten, "nos están intentando asfixiar económicamente". Eso sí, advierte Antonio "yo invertí 140 millones de pesetas en mis locales y no los voy a regalar, que se vaya olvidando".
Fuentes cercanas al político asturiano explican a Crónica Global que éste ha alardeado en varias ocasiones de su "misión liquidadora de centros comerciales" y del "gran pelotazo" que tiene en Cataluña. ¿Quiere decir esto que el caso de Cornellà se ha producido anteriormente en algún otro sitio?, ¿por qué esta sociedad compra el 50% del centro y deja de pagar las cuotas de comunicad el primer mes?, ¿hay alguien detrás esperando el cierre de los centros para actuar?. Hay muchas preguntas, y la única respuesta, es que los afectados en Cornellá están dispuestos a llegar hasta el final.
Más gastos y menos derechos
A todo lo expuesto, insisten los propietarios, hay que añadir la derrama que se les exige para pagar el sellado antiokupas del centro comercial, cuyo coste ha alcanzado los 60.000 euros. "Encima que nos obligan a cerrar nuestros negocios, tenemos que pagar nosotros el sellado del centro".
Con todo, insisten, "no os creáis que nos lo están poniendo fácil, porque hasta para entrar nos ponen pegas". Según cuentan, pueden acceder a sus locales un día a la semana siempre y cuando pidan permiso días antes por escrito. "Tengo mi casa, pago todos los gastos cada mes, no puedo entrar y encima no sé hasta cuándo va a seguir siendo así", lamenta Antonio.
¿Qué dice el ayuntamiento?
El cierre del centro ha dado lugar a multitud de quinielas, especulaciones y teorías sobre cuál es su final. ¿Qué tiene pensado hacer con él su mayor propietario, que es, precisamente el que tiene la mayor deuda de todos? Además, para construir cualquier otra cosa tendría que pedir permiso al Ayuntamiento de Cornellà.
Según el teniente de alcalde, Antonio Martínez Flor, se interesó desde el principio por conocer los planes de Blanco. Sin embargo, el asturiano evitó darle ningún tipo de explicación, alegando que es una propiedad privada. "Cuando reúnan el 80% podría ser que den señales de vida, pero mientras, no sabemos nada de ellos", afirmó Martínez Flor.
¿Qué pasa con el párking?
Finalmente, los propietarios explican que hay tres negocios que podrían mantenerse abiertos porque tienen acceso propio, pero que el ayuntamiento les obliga a a reabrir el párking del centro comercial si quieren retormar la actividad. ¿Por qué?, se preguntan.
El párking es propiedad de Comercial Inversora Cornellà Sur. Por tanto, dejar que siga abierto supone que el mayor deudor siga facturando, mientras el resto solo tiene la obligación de atender recibos cada mes. "Solo falta que lo abran y vuelvan a cobrarnos por cada coche que entra", bromea uno de los entrevistados, recordando que hasta el momento del cierre cada comercio tenía que asumir un importe por cada vehículo que aparcase dentro.
Silencio y denuncias
Al cierre de esta edición, Crónica Global no ha tenido respuesta de Ignacio Blanco Urizar, con quien ha intentado ponerse en contacto nuevamente, como administrador de Comercial Inversora Cornellà. En cuanto al Ayuntamiento, únicamente ha reconocido a este medio que no tiene conocimiento de que haya ninguna novedad en cuanto al uso del terreno, ni se ha pedido ningún permiso al respecto.
Lo que si ha sucedido hasta el momento, es que hay dos demandas contra Comercial Inversora: una por parte de la comunidad de propietarios por la deuda que tiene con la misma , y otra de uno de ellos, que le reclama más de un millón de euros. Ahora, cuatro comerciantes más deciden sumarse. "Nuestra respuesta a su silencio va a ser la demanda", insisten.