La firma de joyería y relojería Rabat facturó 132 millones de euros en 2022, un 25% más que en el ejercicio anterior y también por encima de las ventas registradas antes del Covid-19. Así, respecto al 2019, el crecimiento ha sido de un 12%, superando las cifras prepandemia.
En el último año, la cuota del cliente nacional que adquirieron las alhajas distribuidas por la empresa familiar ascendió hasta el 72%, constituyéndose en uno de los pilares de crecimiento del negocio.
Fidelizar el cliente local
En un desayuno informativo, la compañía presidida y dirigida por Jordi Rabat, ha explicado que la fidelización del cliente local ha sido clave para recuperar e incluso superar la actividad venida a menos por la crisis sanitaria.
Actualmente, el comprador español supone el 70% de las ventas, mientras que el extranjero aporta el 30% restante. En conjunto, el cliente europeo representa el 85% del negocio.
Crecimiento a doble dígito
La joyera no ha detallado ni el resultado bruto de explotación (ebitda) ni el beneficio neto agregado, pero sí ha indicado que se ha generado cerca de un 50% más de ebitda que en 2021. La compañía cerró el ejercicio 2021 con unas ventas de 106 millones de euros, un 45% más, y ocho millones de resultado bruto.
El grupo espera crecer este 2023 también a doble dígito, aunque se ha mostrado prudente debido a la incertidumbre económica provocada por la inflación y la escasez de algunos componentes tecnológicos. A corto plazo no se prevé ninguna adquisición ni la integración de ninguno nuevo socio al accionariado.
Remodelación comercial
Aún así, Rabat afronta importantes proyectos en el curso que acaba de empezar. Entre ellos, la ampliación y adecuación de los establecimientos de su red comercial formada por seis tiendas.
En concreto, los establecimientos en Valencia, la Casa Codina --finca modernista ubicada en el paseo de Gràcia de Barcelona y propiedad de Rabat desde 2015--, Tarragona y Madrid se remodelarán para potenciar determinadas marcas y ganar en espacios para eventos y trato distendido con el cliente. La firma no vende sus referencias a través del canal online.
Marcas estratégicas
Aparte de estas tiendas, Rabat prevé abrir tres boutiques monomarca como las dos que posee en la calle Serrano de Madrid. La firma buscará otras ubicaciones fuera de la milla de oro matritense con el mismo fin de posicionar aquellas marcas que considera más estratégicas dentro de su plan de negocio. Tanto las aperturas de las boutiques como la remodelación de los seis establecimientos generalistas supondrán una inversión de 15 millones de euros.
Ahora mismo, las joyas diseñadas por la propia empresa suponen el 25% del volumen del negocio, mientras que el resto corresponde a las enseñas de alta gama distribuidas por la cadena. Algunas de estas marcas son Rolex, Omega, Chaumet, Bulgari y Tag Heuer. La compañía ha reconocido que la crisis de componentes ha obligado a revisar la producción de determinadas líneas de producto, aunque han acotado la afectación de esta coyuntura sobre su catálogo.
Aumento de la plantilla
Por otro lado, la empresa seguirá reforzando su equipo en las áreas de recursos humanos, marketing y customer experience. En 2022 ya se fichó a 32 trabajadores más, con lo que la plantilla total de la cadena de joyerías asciende a 216 personas.
La firma, que nació en Badalona a finales de los 70 de la mano de Esteban Rabat como un pequeño taller, se ha consolidado como uno de los referentes del lujo en España. La compañía dio el salto a Barcelona en 2004 y a partir de ese año empezó a extenderse por todo el territorio nacional, llegando a Valencia (2007), Madrid (2010, Tarragona (2016) e Ibiza (2017). En 2016, Jordi Rabat asumió la dirección general en sustitución de su padre y en 2018 asumió también la presidencia del grupo.