Luis Conde ultima la macrorreforma del puerto de Palamós. El influyente empresario, que compró la infraestructura gerundense hace casi dos décadas y renovó la concesión en 2020, da "prácticamente" por terminadas las obras iniciadas en 2021 que han supuesto la instalación de paneles solares y la renovación de los locales comerciales.
Además, el puerto se ha equipado con nuevos pantalanes, así como tomas de agua y electricidad más modernas. Conde señala a Crónica Global que, con sus 900 amarres, estas instalaciones en la Costa Brava se han consolidado en los últimos años como "un puerto bonito y moderno" y "una de las marinas más grandes de Cataluña".
Concesión hasta 2035
El actual propietario compró el atracadero bajo una concesión de 30 años que caducó en plena pandemia, en mayo de 2020. Se plantearon dos alternativas: abrir un concurso en el que la actual gestora compitiera con otras empresas por la renovación o dar continuidad al mismo adjudicatario por la mitad del plazo (15 años).
Finalmente se optó por esta vía, que tenía como condiciones que la experiencia hasta el momento hubiese sido positiva y que existiese un compromiso para invertir en una mejora de las instalaciones. De ahí la reforma acometida con capital privado, que ha permitido actualizar la marina.
Un negocio rentable
Esta inversión ha llegado después de los 3,7 millones desembolsados por Ports de la Generalitat en 2020 para reparar y fortalecer los diques tras el temporal Gloria. "Hemos pasado el temporal Gloria, el de San Esteban... se tuvo que rehacer el puerto exterior", recuerda Conde, que destaca que a pesar de todo la infraestructura ha salido a flote y ha conseguido mantener satisfechos a los amarristas.
El empresario también valora positivamente la relación con las Administraciones y subraya que detrás del éxito se encuentra un equipo solvente a nivel financiero y técnico que controla el puente de mando con "criterios profesionales de gestión". Ello ha permitido "rentabilizar los amarres" en un momento de puertos vacíos y de "caída" de buques insignia como el Olímpico de Barcelona.
Apuesta por el buceo
Que las cuentas cuadren en un negocio como este es una tarea compleja por la dependencia de los alquileres de amarres: la demanda es muy alta en verano, pero dura solo unos pocos meses. En el caso de Palamós, hay 200 plazas disponibles para arrendar y el resto son de amarristas fijos que, como propietarios, pagan el mantenimiento.
También ha contribuido a la desestacionalización del negocio la apuesta del puerto de Palamós por el submarinismo: cuenta con diversos establecimientos dedicados a actividades de buceo, lo que atrae actividad no solo de Girona, sino también de Francia. Además, tiene tiendas y algunos restaurantes.
Los gestores también se ocupan de organizar eventos como regatas o las "espectaculares" fiestas de Navidad para mantener vivo el puerto, que cobija embarcaciones de pesca, mercancías, deportivas e incluso cruceros. Todo ello ha contribuido a que se convierta en "la empresa más grande de Palamós" desde el punto de vista económico y también geográfico, ya que abarca un tercio del municipio.