La medida para moderar el precio de los alimentos ha sido la principal protagonista del nuevo paquete anticrisis aprobado por el Gobierno, aunque las cifras demuestran que su alcance se queda algo corto por el hecho de que aquellos a los se dirige principalmente la rebaja, a través del IVA, ya se han disparado demasiado. En líneas generales, el recorte permitirá absorber aproximadamente una cuarta parte de las alzas que se han registrado a lo largo del año.
La decisión del Consejo de Ministros se centra en los denominados alimentos de primera necesidad, que ya gozan del IVA súper reducido del 4% y que quedarán exentos de este impuesto durante el primer semestre de 2023.
Ese descenso de cuatro puntos tendrá un cierto efecto a la hora de llenar la cesta de la compra con productos como leche, huevos y pan. Sin embargo, han sido precisamente estos alimentos los que más han sufrido los rigores inflacionistas, que ya venían de la receta final de 2021 y que se han visto corregidos y aumentados por los efectos de la invasión rusa de Ucrania.
Entre los ejemplos más significativos está la leche, cuyo precio se ha elevado nada menos que un 29,6% desde que se inició 2022, de acuerdo con los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que también se encarga de calcular el Índice de Precios al Consumo (IPC).
Efecto aminorado
En este caso, la rebaja del 4% al 0% en concepto de IVA absorberá algo menos de una quinta parte de esta alza, con lo que el efecto de la medida gubernamental se verá aminorado.
Algo similar sucede con los huevos, que han subido desde enero un 26%, de modo que la exención del IVA hasta junio de 2023 amortigua poco menos de un 20% de la tan destacada subida experimentada a lo largo del año.
Los casos del aceite y la pasta
Las harinas y los cereales han sido los alimentos de primera necesidad cuyos precios han mostrado una mayor revisión al alza: nada menos que un 34%, por lo que la rebaja fiscal apenas sirve para paliar un 15% de esta subida.
Los otros productos que se ven afectados por la decisión anunciada este martes por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, son el aceite y la pasta, que están gravados hasta ahora con el tipo reducido del 10%, como la gran mayoría del resto de componentes de la cesta de la compra.
Tanto el aceite como la pasta verán reducido el IVA a la mitad, esto es, hasta el 5%. El efecto será notablemente moderado para el primero de ellos, como consecuencia de que también se encuentra entre los que han experimentado una mayor subida en 2022. De acuerdo con los citados datos del INE, el coste de uno de los productos más populares en las mesas españolas se ha incrementado un 25% desde enero.
Así, el recorte fiscal tan sólo afectará a una cuarta parte de esta tan destacada subida. En cambio, la de la pasta constituye una de las buenas noticias de esta medida, dado que verá cómo algo más del 40% del alza que ha experimentado se verá ahora amortizada por la reducción del IVA.
Demasiado tarde
Precisamente, en el comportamiento de estos dos productos se puede observar la diferencia del impacto según el diferente impacto de la inflación. Los precios del aceite se han incrementado cerca de diez puntos por encima de los de la pasta.
Los expertos señalan como clave para explicar el efecto moderado de la medida del Gobierno en el momento elegido a la hora de aplicarla. En un buen número de casos, llega demasiado tarde.
“Cuando se han observado subidas de precios inéditas en la historia reciente de España, ninguna medida que no sea una intervención casi absoluta del mercado es eficaz para paliar de forma significativamente ese efecto”, apunta una gran consultora, que recuerda que en la parte central del año, el IPC encadenó tres subidas consecutivas de dos dígitos en tasa interanual.
“Incluso en ese momento, una medida como la que se ha aprobado ahora llegaría ya algo tarde pero su efecto hubiera sido mucho mayor que el que vaya a tener ahora”, añade la fuente.
Sin rebaja y muy inflacionados
Con todo, conviene no olvidar que productos también muy habituales en el conusmo de los hogares españoles como carnes, pescados, yogures o café, entre otros, han quedado al margen de la rebaja del IVA, aunque algunos de ellos se cuentan entre los más afectados por la espiral inflacionista.
En el caso de la carne, el porcino se ha elevado por encima del 13% mientras que las de ave son un 14,4% más caras desde enero. Por su parte, los yogures han subido más un 21% y el azúcar rompe todos los registros con un 48,7%. Todos ellos seguirán gravados, como hasta ahora, con un 10%.