Grifols sopesa la venta de activos por un valor de 2.000 millones de euros para enviar un mensaje de tranquilidad a los mercados. La farmacéutica catalana cotiza con sus peores niveles en los últimos cinco años, debido en parte al elevadísimo endeudamiento de 9.300 millones de la compañía pero también a la resaca por la compra de Biotest y a las dificultades para hallar plasma.
Con esta maniobra, avanzada por Cinco Días, el grupo de hemoderivados pretende liquidar parte de su deuda y dar una señal de confianza a los inversores. La farmacéutica se mantiene como uno de los títulos del Ibex con peor comportamiento en lo que va de año, con descensos de más de un tercio de su valor.
Venta del negocio chino
Fuentes financieras consultadas por el económico apuntan al área de diagnóstico o el negocio en China --el laboratorio tomó en 2020 una participación en Shanghai RAAS-- como las unidades con mayores probabilidades de venta.
En paralelo, Grifols no descarta dar entrada de firmas de capital riesgo en su accionariado. Una opción que hasta ahora descartaba la cúpula controlada por la familia fundadora pero que a la vista de las pérdidas en bolsa ha empezado a configurarse como una alternativa. El grupo ya ha recibido ofertas de Hellman&Fridman, CVC y KKR, entre otros.
Mayer baraja todas las opciones
El recientemente elegido presidente ejecutivo del laboratorio, Steven Mayer, ya avanzó en una conferencia con analistas celebrada en noviembre que la farmacéutica estudia distintos instrumentos para recuperar su credibilidad en el parqué.
Mayer no solo habló de ventas de activos, sino también de una fusión entre las acciones A y B y, a largo plazo, de una ampliación de capital.