Caixabank y Banco Sabadell esperarán a conocer la letra pequeña del impuesto a la banca para decidir si plantean una batalla legal. Durante su participación en un acto organizado por Expansión, el consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, ha criticado el nuevo tributo del 4,8% a las comisiones e intereses de la banca, aunque no ha asegurado cuál será el próximo paso de la entidad.
"Si el texto final contiene elementos que, desde nuestro punto de vista, [nos hace pensar] que no es conforme a derecho, nuestra obligación es recurrirlo", ha dicho. Quien sí se ha mostrado más contundente ha sido la consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa, que ha confirmado que la compañía recurrirá el impuesto "al día siguiente de pagarlo".
Pagarán los clientes
La misma postura adoptada por su homólogo del Sabadell, César González-Bueno, quien además ha criticado la tramitación del tributo. El director general ha reprochado que el proyecto de ley aprobado por el Congreso "no ha contado con el sosiego que debe tener cualquier norma", dado que se ha tramitado de forma urgente y sin pasar por el Consejo de Estado. Se ha legislado "muy mal, muy deprisa", ha añadido.
Además, ha asegurado que serán los clientes quienes finalmente paguen la nueva carga pese a las previsiones en contra de la norma. Gónzález-Bueno ha recordado que las directrices de la Autoridad Bancaria Europea --EBA, por sus siglas en inglés-- especifican que las instituciones financieras deben reflejar en el precio de sus préstamos todos los costes relevantes, incluidos los impuestos. Una posición compartida por el reciente dictamen del Banco Central Europeo (BCE).
Fiscalidad equilibrada
"Los impuestos deben ser equilibrados y deben ser neutros. Y nuestros clientes, a los que veremos si les repercutimos o no repercutimos, lo pagarán por aquí en vez de por allá y, por tanto, no se sabe muy bien cuál es la motivación de un impuesto que se ha construido muy mal", ha lamentado.
Asimismo, el consejero delegado del Sabadell ha recalcado que, tras incorporar el coste del gravamen, la contribución de la entidad superará los 800 millones de euros, frente a los 550 millones de beneficio neto, con un ROTE muy inferior al coste del capital.