Colonial ha ganado este trimestre más del doble que hace un año, pero las lúgubres previsiones sobre la evolución del mercado inmobiliario no dejan espacio para la euforia. La compañía ha logrado unos beneficios de 398 millones de euros en el tercer trimestre de 2022, un 116% más que en los mismos tres meses del año anterior.
Pere Viñolas, consejero delegado de Colonial, ha destacado que estos resultados superan todas las expectativas. Sin embargo, ha dejado claro que, si bien la firma aspira a crecer y comprar más edificios de oficinas en el futuro, en el corto plazo no va a realizar nuevas adquisiciones por la incertidumbre que vive el mercado.
Posible caída de precios
"En el corto plazo, no vamos a tener un perfil inversor, vamos a mantener un perfil de prudencia", ha anunciado Viñolas en la presentación de los resultados ante la prensa. "La situación del mercado hoy por hoy es de cierta expectativa de corrección de la valoración de los activos por la subida de tipos", ha indicado, añadiéndose así a la lista de empresas que han revisado su estrategia de inversiones por las turbulencias económicas.
Ellos se une a las "expectativas de un mercado más recesivo en la economía real", que han provocado "volatilidad" en el mercado de capitales. El consejero delegado ha señalado que estamos ante un momento de "revisión de las hipótesis del mercado", en la que los inversores institucionales se encuentran "en pausa" y los precios, "a la espera del inversor especulativo más cortoplacista".
Repliegue de las tecnológicas
A pesar de lo desalentador de las previsiones, Viñolas ha reafirmado que los descensos en los precios, de confirmarse, "tendrían un reflejo moderado" en la valoración de los activos de la firma. En cuanto a los alquileres, la apuesta por edificios de calidad les lleva a ser optimistas: "Las rentas para los activos prime se están comportando muy bien y no esperamos comportamientos negativos", ha tranquilizado.
El creciente interés por los edificios de primeras calidades y mayor eficiencia energética explica en parte el éxito de la compañía este trimestre, que también se debe a la revisión de contratos por la inflación en ciudades donde opera como Barcelona, Madrid y París. Tampoco preocupa a la inmobiliaria el impacto que pudieran tener los despidos anunciados por las tecnológicas, ya que sus contratos de alquiler de oficinas son a largo plazo y, por tanto, capaces de "sobrevivir a la coyuntura inmediata".