Tres horas. Eso fue lo que tardó Repsol en comunicar a Protección Civil su último accidente laboral en Tarragona, ocurrido el pasado domingo y que dejó a dos operarios heridos, uno de ellos con quemaduras de segundo grado. El organismo público, así como la compañía petroquímica, han corroborado a Crónica Global esta información, que pone en entredicho la actuación del grupo industrial.
Pese a que el siniestro se produjo a las 8.45, no fue hasta las 11.44 que los hechos se pusieron en conocimiento del Centro de Coordinación Operativa de Cataluña (CECAT). Esta unidad, ubicada en los sótanos de la Consejería de Interior, controla el flujo de información y las acciones de respuesta ante situaciones de riesgo como inundaciones, choques ferroviarios y fugas químicas.
Comunicación tardía
Un portavoz de Protección Civil ha confirmado que el protocolo de actuación obliga a las compañías a comunicar de forma inmediata y vía correo electrónico cualquier incidente o accidente ocurrido en sus instalaciones. El organismo también se responsabiliza de la activación de planes de emergencia como el Inuncat o el Plaseqcat, por lo que debe conocer casi al minuto cualquier situación compleja desde el punto de vista de la seguridad pública de bienes y personas.
Otras fuentes conocedoras de los hechos subrayan la anomalía en la reacción de la petrolera, que hacia las doce del mediodía comunicó el episodio como un incidente y no como un accidente, pese a que dos trabajadores habían resultado heridos. Por su parte, el delegado sindical de Repsol Petróleo de UGT, Rafael Garrido, ha explicado que los delegados de prevención ugetistas también fueron informados con retraso.
Investigación en marcha
Todo ello ha desencadenado la apertura de una investigación interna por parte de Repsol. El siguiente paso en el procedimiento sería la apertura de un expediente informativo, paso previo a un expediente sancionador. "La Dirección General de Protección Civil está estudiando esta información y cómo se desarrolló el incidente y a partir de aquí se valorará si hace falta abrir un expediente informativo a la empresa", ha valorado el organismo público a preguntas de este medio.
Pese a todo lo anterior, desde UGT se pone en su justa medida la magnitud del episodio: la afectación sobre la plantilla total, formada por más de 1.000 trabajadores, fue ínfima y no se puso en riesgo el exterior de la fábrica. Además, afortunadamente uno de los empleados salió casi indemne y con daño superficial. Ambos heridos fueron atendidos primero por el servicio médico interno y posteriormente trasladados al hospital Joan XXIII con una ambulancia del parque químico de seguridad.
Gran complejo industrial
La clave, según explica Garrido, es que se esclarezca de forma rápida lo que ocurrió el pasado domingo. Y añade: "Era imposible esconder un accidente así". Pero el delegado de UGT resalta que la deflagración en las tuberías que transportan hidrógeno en la planta de Isomax se produjo pese a la existencia de unas bridas de alta presión. Bridas que días antes habían superado la auditoría de una firma externa que certificó su correcto apriete. Otro punto oscuro que deberá aclarar la compañía.
Isomax es uno de los centros más importantes que Repsol posee en su complejo industrial de Tarragona. Este hub ocupa más de 500 hectáreas distribuidas en cuatro grandes áreas de actividad: refino y química, dentro del polo industrial donde se ubican otros grupos del sector, y GLP y exploración, fuera de este recinto.