Es el minuto en el que Jaume Roures, socio gestor de Mediapro, llama txitxarel·lo (mindundi en castellano) a un periodista crítico con su gestión al frente de sus proyectos empresariales. El alto directivo del audiovisual lo dijo ayer en el Parlament, donde aseguró que "ha metido el cuerno" contra Pere Rusiñol, ex adjunto a la dirección de Público, "y no lo sacará", pues va en ello "mi dignidad y la de mi empresa". Público es propiedad de Roures.
Todo esto lo dijo Roures en la comisión de control de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) en respuesta a preguntas de los grupos del PSC, En Comú Podem y Ciudadanos, que le inquirieron sobre una acción judicial que ha interpuesto contra Rusiñol. El ejecutivo lo confirmó, y justificó la demanda porque el reportero "le llamó estafador, y cuando uno llama estafador a alguien, lo tiene que demostrar".
"'Mindundis' que dicen tonterías por la calle"
A renglón seguido, Roures aseguró que la denuncia en los tribunales no la retirará porque va en ello "su dignidad y la de Mediapro". Lo que es más, admitió que "ha metido el cuerno" en esta cuestión y que "no lo sacará".
Porque su dignidad, reiteró, es "más importante que cualquier mindundi diciendo tonterías por la calle", zanjó el compareciente en referencia a Rusiñol ante el estupor de los grupos políticos presentes.
No obstante, la denuncia fue archivada en 2021 y a principios de 2022 fue ratificada por la Audiencia Provincial de Barcelona. Rusiñol llamó "estafador" a Roures en una entrevista porque el empresario había dejado de pagar sueldos a los empleados de Público cuando se editaba en papel; entre ellos se econtraba el periodista. Después de aplicar un ERE, la empresa editora se declaró en suspensión de pagos desde Holanda, donde tenía su matriz. Cuando la cabecerá salió a subasta algunos extrabajadores intentaron hacerse con ella, pero hombres de Roures mejoraron la oferta para convertirla en el digital que es hoy.
Contra el portal de transparencia
El exabrupto lanzado por el magnate del audiovisual contra Pere Rusiñol no fue la única salida de tono de Roures en el Parlament ayer. El alto directivo también cometió un desliz al llamar "Beatriz" a Beatriz Silva, diputada del PSC en la comisión, lo que provocó la protesta de ésta, que exigió un trato respetuoso por su condición de electa en la cámara autonómica.
Tampoco menor fue sus críticas contra el portal de transparencia de la CCMA, que muestra, entre otros, los contratos de Mediapro con el ente público, el motivo de la comparecencia de ayer. Atacó la herramienta de control, un ataque que luego matizó ante la censura de algunos diputados, que le afearon que cargara contra un site que ayuda a la fiscalización del dinero público.