El autódromo de Terramar sigue lejos de su demorado relanzamiento. Esta infraestructura de Sant Pere de Ribes (Barcelona) fue uno de los primeros circuitos de coches de Europa, pero se encuentra prácticamente abandonada desde los años 50. Las obras del gran proyecto para darle una segunda vida como centro de eventos ecuestres y del motor debían empezar en 2021, pero todavía no se han iniciado.

El ayuntamiento de la localidad contigua a Sitges, gobernada por el PSC, ha asegurado a Crónica Global que "el proyecto sigue su curso" y que "se están llevando a cabo todos los trámites legales y administrativos, que se encuentran en la fase final". Sin embargo, varias voces locales atribuyen los retrasos al proceso burocrático y sobre todo a la batalla ecologista que se libra en los juzgados, que ha puesto en alerta a los inversores.

El antiguo autódromo de Terramar, entre Sitges y Sant Pere de Ribes / TERRAMAR 1923

Obras hasta 2024

A pesar de las dificultades, Matthieu Liard, consejero delegado de la empresa impulsora, Equestrian Grand Prix Spain, sostiene que el proyecto "va bien" y que se encuentra "a la espera de los últimos trámites administrativos para empezar las obras". "Nos gustaría empezar la obra antes de fin de año", detalla el empresario, que estima que la construcción durará otros dos años "más o menos". Unos plazos que situarían la finalización del proyecto, como mínimo, a finales de 2024 o principios de 2025.

Detrás del proyecto hay inversores como la familia Cierco, antiguos dueños de Banca Privada de Andorra que veranean en Sitges, y varias fuentes apuntan también a la presencia de familias de la burguesía catalana y extranjera como los Andic o Carles Vilarrubí. Jaume Torras, concejal no adscrito, señala que este último es suegro del promotor, pero que su mujer, Sol Daurella, la conocida empresaria asociada a Coca-Cola, "no quiere saber nada" de esta inversión.

Liard rechaza identificar nombres concretos, aunque confirma que hay "varias familias" de empresarios "que apoyan con mucha ilusión" el proyecto, ahora encallado en un juzgado de Vilanova, que deberá estudiar el impacto ambiental de una eventual recalificación de los terrenos. Parte del capital no quiere precipitarse antes de contar con el veredicto de la justicia y el promotor reconoce "cambios entre socios", en los que "uno invierte un poco menos y otro más", aunque insiste en que "no se ha retirado ninguno".

El autódromo de Terramar, entre Sitges y Sant Pere de Ribes / CUPRA

Más hoteles para Sitges

Uno de los aspectos claves del proyecto es el desarrollo de oferta hotelera, ya que la de Sitges está saturada y el municipio limítrofe plantea una oportunidad para abrir más establecimientos. Inicialmente, se hablaba de la construcción de cuatro nuevos establecimientos, aunque la promotora ha afirmado que solo pretende levantar uno "de poca intensidad constructiva" en formato de bungalows, además de "algún restaurante".

Torras, concejal de la oposición, duda de las cifras del proyecto, que prevé una inversión de 25 millones de euros y la creación de 200 empleos. El edil incide en que se prevén "pocos eventos" ecuestres y automovilísticos a lo largo del año y que lo que harían los promotores es "alquilar" las instalaciones para celebrar actividades. Ello le lleva a sospechar que el objetivo real es "hacer fiestas y conciertos en verano" y extender la oferta hotelera que ha llegado a su tope en Sitges, cuyos empresarios hoteleros tienen dificultades, pese al tirón estival del destino, para mantenerse a lo largo del año por encima de la ocupación deseada del 70%. 

El autódromo de Terramar, entre Sitges y Sant Pere de Ribes / TERRAMAR 1923

Bloqueo en los juzgados

El representante no adscrito también indica que el urbanista del proyecto, Jordi Artigas, es "íntimo amigo" del exconsejero de Territorio Damià Calvet, que ultima su retirada del Puerto de Barcelona tras la salida de Junts del Govern. La llegada a la consejería de un político de ERC con una visión más ecologista, Juli Fernández, también ha sembrado dudas sobre la continuidad de los planes para el autódromo, si bien desde la promotora aseguran que ya cuentan con todos los permisos que concede la Generalitat y que solamente faltan las licencias municipales.

La proximidad de las elecciones locales puede ser otro obstáculo para la concesión de estos trámites, aunque el principal escollo es el contencioso administrativo presentado por formaciones locales próximas a la CUP. Jaume Marsé, presidente de la Agrupación para la Protección del Medio Ambiente del Garraf, se muestra convencido de que el recurso se ganará y destaca el prestigio del abogado urbanista que lidera el desafío legal, Eduard de Ribot. "Se prima la especulación por encima de la naturaleza", denuncia el también miembro de la Plataforma Verda de l'Autòdrom, que celebra que el contencioso haya servido "como disuasión para posibles inversores".