La presidenta del BCE, Christine Lagarde, atendiendo a la prensa en la sede de este organismo en Frankfurt / EFE - EPA - RONALD WITTEK

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, atendiendo a la prensa en la sede de este organismo en Frankfurt / EFE - EPA - RONALD WITTEK

Business

El BCE calma a los mercados pero mantiene a las familias bajo presión

El organismo emisor adelanta que seguirá con las revisiones al alza de los tipos para contener la inflación mientras el encarecimiento de la financiación empieza a hacer mella en los créditos

28 octubre, 2022 00:00

La esperada reunión del consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha llevado un mensaje de cierta tranquilidad a los mercados por cuanto el final de la subida de los tipos de interés puede estar cerca, pero ha estrechado el cerco en torno a las economías domésticas, que ven cómo el crédito empieza a encarecerse de forma notable mientras que la espiral alcista de los precios no parece encontrar fin. 

Al margen de la esperada decisión de subir los tipos de interés otros 75 puntos básicos, los inversores quedaban pendientes del mensaje de la presidenta del emisor, Christine Lagarde, tras la reunión. A tenor de la reacción moderadamente alcista de las bolsas, el mensaje fue convincente, sobre todo por las pistas que ofreció sobre una próxima subida del precio oficial del dinero más moderada. 

Los expertos consideran que aunque el BCE tardó demasiado en reaccionar a la espiral inflacionista y fue el último de los grandes bancos centrales en empezar a revisar al alza los tipos, lo cierto es que se ha “puesto al día” con celeridad, con una subida del 2% en apenas tres meses, inédita en los más de 23 años de existencia de la moneda única. 

Pero precisamente esta circunstancia se ha convertido en una de las grandes incertidumbres para las economías domésticas. Un cambio de política monetaria tan abrupto, tras seis años con los tipos principales de financiación en el 0%, ha disparado los costes igualmente de una forma nunca vista y se ha añadido como pesada carga a la que ya soportan las familias con una subida de precios cuyo parangón más cercano data de casi cuatro décadas.

Subida hipotecaria 

Una de las referencias más citadas es la de la evolución de las cuotas de los préstamos hipotecarios a tipo variable; los tipos de estos productos se van revisando en sucesivos meses con diferenciales que ya superan los 300 puntos básicos en relación con el año anterior.

Cifras frías que suponen un extra coste para las familias de entre 2.500 y 3.000 euros anuales como consecuencia del encarecimiento de las hipotecas.

El aviso del Banco de España

No obstante, los elementos de presión no se quedan ahí. Después del verano, el mercado crediticio comienza a reflejar las consecuencias del cambio de dirección tan brusco por parte del BCE a la hora de encauzar una política monetaria dirigida a tratar de controlar una inflación desbocada. 

Esta semana, el Banco de España ya alertaba sobre un frenazo en la concesión de préstamos hipotecarios que no se veía desde 2008, es decir, desde los inicios de la anterior crisis financiera

Dudas en la banca

Comienza a haber señales de un cierto cierre del grifo crediticio por parte de los bancos, aunque en algunos casos como el del Banco Sabadell aseguran no haber notado tal desaceleración a la vuelta del verano. 

No ha sido, sin embargo, el escenario contemplado por Santander, cuyo actual consejero delegado, José Antonio Álvarez, sí admitió un ritmo menor de producción hipotecaria, aunque también lo enmarcó en un contexto en el que recientemente se vieron máximos históricos difícilmente sostenibles. 

Recesión descontada

No obstante, Álvarez también constató que “el tiempo ha demostrado que el BCE reaccionó tarde” porque consideró de forma errónea que la subida de la inflación sería un fenómeno pasajero. La invasión rusa de Ucrania afloró como elemento imprevisto para empujar definitivamente a los precios al descontrol. 

Los mercados parecen interpretar de las palabras de Lagarde que lo peor de las tensiones inflacionistas y de las subidas de tipos agresivas, ha pasado ya. Lo más probable es que durante los próximos trimestres se vea la entrada en recesión de algunas grandes economías de la zona euro, especialmente Alemania por su notable dependencia del gas ruso, pero esta variable ya ha sido descontada por la bolsa, que comienza a ver un horizonte algo más despejado.

La referencia de EEUU 

Otras referencias contribuyen a reforzar esta idea; por ejemplo, las decisiones de algunos bancos centrales, como los de Canadá (país del G7) y Australia, que ya está elevando los tipos de interés en menor medida de lo previsto.

Y también el dato que se conoció este mismo jueves sobre la primera estimación del Departamento de Comercio de EEUU sobre el PIB del tercer trimestre, que arrojó un incremento del 2,6%, dos décimas por encima de lo previsto y que saca de forma enérgica de la recesión técnica a la que todavía es la primera economía del mundo.

Un fiel reflejo de lo que puede suceder en el Viejo Continente con el consiguiente decalaje temporal. Un ritmo que difícilmente podrán seguir las economías domésticas. No en vano, las entidades financieras comienzan a tomar medidas por lo que pueda suceder, con un esperado incremento de las provisiones en la recta final del año y el foco muy dirigido al control de la morosidad