El Ministerio de Hacienda publicará el próximo viernes, 28 de octubre, los precios de salida de la subasta de 203 nuevos estancos en el Boletín Oficial del Estado (BOE). El pasado agosto, el departamento dirigido por María Jesús Montero anunció la ampliación de la red nacional de expendedurías tras casi dos décadas sin entregar autorizaciones.
La puja por los nuevos puntos de venta llega tras las críticas de la oposición política y de los propios estanqueros, que han reprochado la falta de diálogo del Ejecutivo, la inversión del procedimiento habitual de subasta y la ubicación de algunos establecimientos.
Masificación en La Jonquera
En concreto, preocupa la saturación de licencias en La Jonquera y El Portús (Els Límits) --ahora ambos municipios tienen seis, tres en cada localidad--, donde se permitirá abrir 10 estancos.
En ambos pueblos fronterizos, el ministerio ha optado por permitir la ubicación de los nuevos locales a menos de 25 metros de distancia entre ellos, sin ofrecer ningún razonamiento técnico ni memoria económica que justifique esta decisión, tal y como denuncian los empresarios del sector. Señalan que este punto va en contra de su actividad y exigen conocer, como mínimo, la motivación.
Negocio (muy) rentable
Este posicionamiento se ha repetido en otros enclaves limítrofes con Francia como Les (Lleida) e Irún (Navarra), si bien su volumen de negocio no es comparable al de La Jonquera y El Portús.
Ello se debe a que el segundo canal de distribución, que incluye centros comerciales y restaurantes, genera pingües beneficios a los estanqueros del territorio.
Interés de grandes grupos
Por otro lado, algunos propietarios consultados por Crónica Global sospechan que tras la subasta de Hacienda se halla el interés de grandes operadores locales con capacidad de ofrecer importantes ofertas económicas.
Los principales operadores de centros comerciales fronterizos son Grupo Tramuntana, de la familia Raurich, y Grupo Escudero, propiedad del vicepresidente del área social del FC Barcelona, Antonio Escudero. Ambos ya ejercen un papel importante en la llamada venta por el segundo canal de tabaco, los cartones que se comercializan desde estos puntos de venta y que se obtienen en los seis estancos autorizados que hasta ahora hay en los municipios limítrofes con Francia.