Los tripulantes de cabina de Vueling han convocado huelgas para los últimos dos meses del año. En plena negociación de convenio, la aerolínea afrontará nuevas propuestas a partir de la primera semana de noviembre, en las que pedirán un nuevo incremento salarial del 13% con efecto inmediato. Los paros serán de dos días por semana y afectarán también al puente de diciembre.
En el convenio, las versiones difieren: la empresa dice que piden una subida del 33% de hoy a 2025 y los trabajadores lo niegan. Vueling agrega, además, que la subida salarial reclamada por este sindicato se añadiría al aumento del 6,5 % acordado por la empresa y CCOO en agosto. "Un incremento de esta magnitud es inviable, ya que sus consecuencias serían la pérdida de nuestra competitividad y podrían implicar una reducción de tamaño de la compañía y una necesaria reorganización", avanza la aerolínea.
Negociaciones sin acuerdo
Esto ocurre después de que el sindicato mayoritario de tripulantes de cabina, Stavla, haya estado varios meses negociando el nuevo marco laboral sin éxito. La compañía y la parte social se vieron las caras el pasado martes en el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje, pero no alcanzaron un acuerdo. Por eso, tal y como avanza el El Economista, los empleados convocarán huelgas a partir de la primera semana de noviembre.
De hecho, ya están convocadas, aunque no han dado a conocer todavía los días exactos.
Sin el apoyo de CCOO
Pero estos paros no estarán secundados por CCOO, el segundo sindicato a nivel de fuerza. Según la empresa, Stavla exige que en el próximo convenio colectivo se apruebe una subida salarial del 33% entre 2022 y 2025, pero fuentes sindicales dicen que esa no es su petición.
Es más, han puesto una condición para volver a sentarse en la mesa de negociación y paralizar la huelga: aceptarán un incremento del 13% de los emolumentos con efectos inmediatos. Una mejora que se sumaría al 6,5% que ya consiguieron en agosto, cuando sí obtuvieron el apoyo del segundo sindicado.
Por su parte, la compañía se niega, de momento, a satisfacer las demandas de Stavla y confía en que las autoridades decreten unos buenos servicios mínimos para mantener su operativa.