Terremoto en la cúpula de Grifols en un momento complicado para la farmacéutica por su delicada situación financiera. El presidente de la compañía, Victor Grífols Roura, ha decidido retirarse como presidente del grupo de hemoderivados tras más de 50 años al frente de la multinacional. La noticia se ha comunicado en una nota remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) justo al cierre de las bolsas europeas.

La salida del patriarca será remplazada por el exdirector del fondo de inversión estadounidense Cerberus Global Private EquitySteven F. Mayer, quien asumirá el cargo de presidente ejecutivo de la empresa. Por su parte, Victor Grífols Roura será designado presidente de honor del grupo y seguirá en el consejo de administración en calidad de consejero dominical.

En manos de Mayer

El nombramiento de Mayer pone fin al control absoluto de la familia al frente de la compañía y abre un nuevo modelo de gobernanza en la corporación. Desde 2017, el hermano del expresidente Victor Grífols, Raimon Grífols Roura, y su hijo Víctor Grífols Déu, fungían como co-consejeros delegados de la firma.

Ahora, el exjefe de Cerberus asumirá la dirección estratégica del laboratorio en detrimento de las responsabilidades de los miembros más jóvenes de la saga familiar. El directivo procedente del sector del private equity llevaba 10 años como consejero independiente de Grifols. En un comunicado, la multinacional ha asegurado que "estos cambios evidencian, una vez más, el total compromiso del consejo de administración con los objetivos estratégicos, la excelencia operativa y el desapalancamiento".

Imagen de la sede central de Grifols en Parets del Vallès (Barcelona) / Cedida

Derrumbe en bolsa

Pero los números de la farmacéutica estarían detrás de este golpe de timón en favor de un perfil financiero. Durante los últimos meses, Grifols ha encadenado varios reveses en los mercados debido a su delicada situación económica. Como informó este medio, el elevado endeudamiento llevó al grupo a perder un 20% de su valor en bolsa solo durante la semana pasada.

Esta crisis bursátil ha llevado los títulos a cotizar en mínimos, por debajo de los nueve euros --cuando a finales de mayo rozaban los 20 euros--. Además, la agencia S&P rebajó la calificación de la deuda corporativa, un elemento más en el que se sostiene la huida masiva del capital de la compañía.

Deuda financiera

En concreto, la deuda financiera de Grifols es el elemento que más preocupa a los inversores. Este pasivo se sitúa en 8.994,1 millones de euros, con un apalancamiento referido a la ratio deuda/ebitda de nueve veces.

Por otro lado, el beneficio del laboratorio durante los seis primeros meses del año se elevó a 144,1 millones de euros, un 46,2% menos que en el mismo periodo de 2021. La compañía atribuyó este resultado a los mayores gastos financieros derivados de la compra de la alemana Biotest por 1.453 millones de euros. Se espera que la compañía pueda anunciar una venta de activos o bien una potencial ampliación de capital para salir de este brete.

Crisis reputacional

A esta complicada coyuntura se suma la crisis reputacional desatada por las informaciones publicadas por Crónica Global sobre la política laboral.

Recientemente, la multinacional ha despedido a dos representantes sindicales tras salir a la luz que un directivo tildó de "genéticamente débiles" a sus trabajadores. El grupo ha prescindido de dos delegados de USOC que afearon a la dirección las palabras del alto cargo.