El Gremio de Hoteles de Barcelona ha censurado la "demagogia brutal" que ha recibido la ciudad en los últimos años y ha deseado un relevo a la alcaldesa Ada Colau en las próximas municipales. "Necesitamos a alguien que vuelva a ver el turismo y la economía como un factor añadido a la ciudad de Barcelona", ha asegurado el presidente de la patronal, Jordi Clos.
"Gran parte de la ciudad tiene ganas de ver qué pasará en estas elecciones", ha manifestado Clos en un encuentro con la prensa, aunque al ser preguntado por los candidatos ha evitado decantarse por una opción concreta: "No me puedo posicionar a favor de Xavier [Trias] ni [Jaume] Collboni, Collboni está dedicando dentro de lo que puede el esfuerzo que puede tener". "Deseamos que el jefe del ayuntamiento quiera el turismo, que sea consciente de que el 85% de los ciudadanos están a favor del turismo y deje de hacer demagogia sobre el turismo", ha reclamado, tras unos meses de pax turística en que se había reducido la beligerancia entre la entidad y el consistorio.
Escalada de costes
La escalada de costes y, en particular, de la factura energética, se ha convertido en la piedra del zapato de los hoteleros de Barcelona ya en plena recuperación del sector. Estos gastos, que en algunos casos se han disparado un 300%, estrechan los márgenes a pesar de que los precios de una habitación de hotel han subido un 15% este verano, con ocupaciones prepandemia.
Clos ha explicado que, a pesar de la subida de precios, "los gastos de la enegía han disparado de forma brutal los costes" de los negocios. Al lastre de la factura de la luz hay que sumar los costes financieros derivados del cerrojazo de la pandemia.
87% de ocupación
En verano, los hoteles de Barcelona han registrado una ocupación del 87%, un punto menos que en 2019. Para septiembre y octubre, las reservas apuntan a cifras positivas, en la línea de las de antes de la pandemia.
Este julio, el precio medio de una habitación por noche ha sido de 177 euros, 21 más que hace dos años. En agosto, ha escalado hasta los 181 euros, 37 más que antes del Covid.
Clientes más exclusivos
Según Clos, este encarecimiento ha revertido en una mejora de la calidad del turismo que recibe la capital catalana, ya que "un turista que paga 200 o 300 euros en un cinco estrellas no afecta a la incomodidad de la ciudad". Ha culpado a los visitantes de los cruceros y a los que vienen a pasar el día en autocar desde el norte, aunque ha recordado que esta modalidad es estacional y se marcha tras el verano.
Sin embargo, ha reclamado más limpieza al ayuntamiento para asegurar este visitante de mayor calidad, así como más efectivos policiales para evitar robos, aunque ha opinado que la ley contra la multirreincidencia tendrá efectos positivos.