Merlin construye un centro de datos junto al Consorcio de la Zona Franca

La socimi desembolsará un total de 100 millones de euros para levantar un edificio que, según fuentes de la compañía, aún no tiene fecha prevista de finalización. La inversión total se repartirá entre 30 millones de euros para la construcción y otros 70 para la provisión de suministros.

Dinamización empresarial

Cuando esté a pleno rendimiento, el data center tendrá una potencia de 24 megavatios (MW) --estas instalaciones contabilizan su importancia por su potencia total y no tanto por su superficie útil--. Merlin ha elegido la constructora Vopi4 como socio en este edificio que se emplazará frente a las antiguas sedes de Abertis y Cellnex, que a partir de 2023 será ocupadas por Volkswagen Distribución.

El terreno elegido para el centro de datos, el primero de Merlin en la capital catalana, llevaba más de 15 años en desuso, según fuentes del sector. Pero la reactivación del eje entre la plaza Cerdà y el paseo de la Zona Franca ha estimulado la segunda corona del parque logístico que acogerá la nueva promoción de la compañía.

Alianza con Edged Energy

La primera piedra del data center barcelonés cumple la hoja de ruta presentada por la firma en 2021, cuando anunció la construcción de al menos cuatro complejos de estas características en Madrid, Barcelona, Lisboa y Bilbao --este último en fase más avanzada de construcción, el resto aún sin licencia de obras--, con una potencia total de 100 MW y en reservas de suelo de Merlin.

La cotizada española llevará a cabo este plan mediante una joint venture con Edged Energy, filial de la tecnológica estadounidense Endeavour, dedicada al desarrollo de infraestructura digital.

Redefinición de la cartera

A medio plazo, Merlin quiere que el 15% de su cartera corresponda a centros de datos. Actualmente, el 57% del portfolio lo ocupan oficinas; el 20%, centros comerciales; el 16%, naves logísticas, y el resto otro tipo de inmuebles. La compañía aspira a aumentar la logística hasta el 20% y reducir la dependencia de oficinas y complejos comerciales.

Los alquileres a largo plazo de estos activos para albergar equipos tecnológicos y electrónicos son otro de los alicientes para las grandes socimis. Según algunas estimaciones, se prevé que en los próximos cinco años la inversión del ladrillo en este negocio supere los 3.000 millones de euros.