Es de nueva construcción y está en Pedralbes. Son dos de los pocos datos que se conocen de una nueva mansión a la venta que ha encandilado al inmobiliario barcelonés. Se coloca por 21 millones de euros, y sus vendedores prometen que vale cada euro que cuesta.
Sotheby's comercializa esta villa de estilo francés que mide 1.400 metros cuadrados y cuenta con cine privado insonorizado y jardín de estilo continental. La intermediaria recuerda que cuenta con seis dormitorios y cinco cuartos de baño, garaje para ocho coches, acceso exclusivo para el servicio y las medidas de seguridad más avanzadas.
Iluminación especial
No obstante, si sus compradores quieren discreción, lo conseguirán a medias. La mansión presenta una fachada retroiluminada que pone en valor sus elementos arquitectónicos. Eso sí, el sistema de luz es LED de bajo consumo. Y la piscina, que corona el jardín, la alimenta un pozo propio de agua.
El activo se organiza en torno al salón principal, de 120 metros cuadrados con techos cincelados e iluminados y chimenea. Y la suite, que presume de 200 metros cuadrados con posibilidad de instalación de piscina infinity bajo demanda, vistas a Barcelona y el litoral, chimenea y un acceso independiente para el servicio.
Los materiales, de primera calidad
Sus constructores --la terminaron en 2019-- avanzan que los interioristas que han colaborado en esta pieza son de primer nivel. Los baños son de Colección Alexandra, el parqué es estilo tarima Punta Hungría o Chevron y la cocina es Gagennau, Lancahe y Gunni & Trentino. Por su parte, las escalinatas interiores y exteriores son de mármol de Verona.
Toda la casa está conectada a un sistema de domótica que permite regular el bienestar desde el teléfono móvil. Incluyendo la calefacción, que es de aerotermia, y el aire acondicionado, compacto.
Seguridad
Asimismo, si sus inquilinos son celosos de la seguridad, no deben temer. La villa cuenta con alarma, detectores de movimiento, visores infrarrojos para detectar intrusos y 14 cámaras de seguridad que no pierden detalle.
Asimismo, las rejas y las verjas que protejen los accesos están concienzudamente diseñadas y, por supuesto, hechas a mano. Y la suite principal opera como una suerte de búnker, con acceso por huella dactilar o código.