Cooltra no convencía a los posibles accionistas. La empresa de motosharing está en un momento crítico después de haber sido incapaz de encontrar nuevos inversores y de la negativa de los actuales a participar en una nueva ronda, tal y como indican fuentes financieras. La compañía hasta ahora solo ha cosechado pérdidas --51 millones de euros hasta 2021-- y las previsiones no son positivas a corto plazo. Se estima que los resultados netos continuarán en rojo. Goldman Sachs habría dado la puntilla a esta situación. Los mismos interlocutores apuntan que el banco de inversión ha desistido de brindar sus servicios al grupo ante el escaso interés que despierta la operación.
Los portavoces de la firma estadounidense declinan hacer ningún comentario al respecto. Otras fuentes no oficiales señalan que ha dedicado meses a intentar encontrar nuevos accionistas dispuestos a inyectar fondos en el grupo. Pero ninguna de las proyecciones ha llegado a buen puerto y, al final, han tirado la toalla.
Contratación del grupo de inversión
Todo ello, un año después de que el fundador de Cooltra, Timo Buetefisch, declarase que su objetivo era que el grupo llegara al equilibrio económico ese mismo ejercicio. No lo consiguió y su necesidad de sumar a nuevos accionistas en el capital le llevó a contratar a Goldman Sachs.
Los problemas de esta firma en concreto contrastan con el momento de efervescencia inversora que vive el motosharing. La última gran operación del sector tuvo lugar en mayo, cuando la canadiense House of Lithium, uno de los mayores inversores del mundo en micromovilidad eléctrica, adquirió la española Reby por 100 millones de euros.
Inversiones y mercados
Fuentes inversoras señalan que uno de los problemas de Cooltra radica en una apuesta en el i+D limitada. La apuesta por usar tecnologías y vehículos de terceros y poner el foco en campañas para ganar usuarios. Afirman que esta estrategia funciona en el corto plazo, pero que cuando otros competidores han consolidado su marca es un problema porque pueden brindar un mayor valor añadido a los usuarios.
Cooltra sí ha apostado fuerte por entrar en nuevos mercados. Su última operación en este sentido ha sido comprar 2.000 motos eléctricas, alquilar una nave de 1.064 metros cuadrados para almacén y oficinas y contratar a 50 trabajadores en París. De esta forma espera imponerse en la licitación pública que el ayuntamiento francés tiene en marcha.
Los mismos interlocutores tildan de arriesgado este movimiento. Especialmente porque el mercado de micromovilidad es cambiante y la inversión inicial para poner el primer pie en territorio galo ha sido cuantiosa. Además, la compañía lo ha repetido en todos los territorios donde ha entrado, cuestión que también espantaría a los inversores.
Composición accionarial
Tampoco gusta la poca transparencia en la composición accionarial de la firma, añaden las mismas fuentes. Buetefisch ha comunicado al mercado que cuenta con “grupos inversores privados españoles y alemanes” en su capital, sin facilitar ningún nombre. Esto no gustaría a los inversores potenciales, pero tampoco a los ayuntamientos y otras corporaciones locales que priman las buenas prácticas empresariales en cualquier concesión.
El consejo de administración de Cooltra está presidido por Ramón-Antonio Payano Báez, que representa a las firmas germanas CBI y Anma Venture. Philipp Dyckerhoff es vicepresidente; Timo Buetefisch, consejero delegado; y Francisco López Peña ejerce de vocal. Más allá de estos nombres, no se conoce cuáles son los principales apoyos de la firma de micromovilidad.