¿Qué pasa en el hotel Fairmont Juan Carlos I de Barcelona? El resort de cinco estrellas situado en la avenida Diagonal yace como un leviatán dormido en la Ciudad Condal en pleno auge turístico, cuando el resto de alojamientos de lujo están haciendo el agosto. El negocio, en pleno traspaso al fondo libanés-luxemburgués-británico Tyndaris, no despega porque precisamente esa colocación avanza demasiado lenta, entre la exasperación de los trabajadores

Todas las miradas se centran en el inversor del Fairmont. Tyndaris maniobra desde hace semanas para adquirir la totalidad de la deuda del hotel de cinco estrellas, pues ya posee una parte, como explicó este medio. La transacción, que tiene que pactarse con la familia saudí Ben Nasser, propietaria del Fairmont, ha arrancado pero no se completa y, con ello, el hotel perderá otro verano y sume en la incertidumbre a los 320 de los 500 trabajadores que permanecen en ERTE desde hace más de dos años. 

Capitán Magia

¿Quién es Tyndaris? La firma de inversión más canalla del capital riesgo nació de la mano de Raffaele Costa, un exempleado de Goldman Sachs que abandonó el banco estadounidense de inversión y fundó su propia inversora. Apodado Capitán Magia por sus poco convencionales estrategias de posicionamiento, Costa y su equipo colocaron el negocio de Reino Unido al fondo Tyrus Capital en 2019, recogió Bloomberg. 

Raffaele Costa, de Tyndaris Investments / Cedida

La sede de la firma figura oficialmente en Saville Row, una coqueta calle londinense en la que destacan las tiendas de trajes a medida a precios prohibitivos y los vehículos de capital riesgo más o menos agresivos. Pero sus cuentas se depositan en Luxemburgo, y el origen de parte del capital es libanés, explican fuentes conocedoras. 

Robots y un algoritmo

Lo cierto es que Tyndaris es agresiva. La firma utiliza un algoritmo para vehicular sus oportunidades de inversión y sus retornos, ofreciendo al mercado sus avances en inteligencia artificial (IA) para convencer a los magnates del mundo de que deben confiarle su porfolio. Lo que es más: opera una supercomputadora que peina las redes sociales para analizar el estado de ánimo de los inversores y hacer recomendaciones de inversión a sus brókeres. 

No siempre salió bien. El aspirante a comprar el Fairmont Juan Carlos I de Barcelona encajó un pleito en Hong Kong de parte del empresario Samathur Li Kin-kan, que pidió 23 millones de dólares al fondo al entender que sus bienes fueron gestionados de manera mejorable por el tecnofondo. Como respuesta, la compañía de Costa le demandó por valor de tres millones de euros. 

Ladrillo

Además de tecnología, Tyndaris, con un porfolio de 900 millones de dólares, tiene posiciones en el inmobiliario. Y alguna muy cercana al Fairmont. En 2020 compró mediante un tercero Nova Centre, un centro comercial en Vilanova i la Geltrú (Barcelona). Desde aquel momento, los nuevos propietarios han anunciado una reforma y reposicionamiento del activo. Antes, Tyndaris anunció que apoyaría una promoción de nuevo cuño: las 16 villas Golfside Villas de Finca Cortesín, entre Marbella y Sotogrande (Málaga), la mejor ciudad de vacaciones de los ricos de España. 

En el caso del hotel de cinco estrellas, la firma de Capitán Magia, apodo que Costa y su equipo toman de la afición a navegar en superyates del primero, es el segundo tenedor de deuda por detrás de Bankinter. Las obligaciones del resort barcelonés totalizan unos 100 millones de euros. Ahora, el fondo busca elevar su exposición a esa carga a cambio de quedarse el activo.

Complicada

Sus intenciones han topado con la endiablada situación del Fairmont. El hotel vence su permiso de uso del suelo --que es municipal y fue concedido en motivo de los Juegos Olímpicos de 1992-- en 2039, y el ayuntamiento no lo renovará. Asimismo, figura la titánica deuda, que se deberá renegociar con los acreedores, por lo que se esperan fuertes quitas. 

Todo ello ha asustado a otros aspirantes que querían comprar el hotel, reformarlo y reabrirlo. El más conocido fue Apollo Global Management, que se acercó a la pieza en 2021, pero acabó hastiado. La operación cayó y Barcelona Project's SA, la firma de los Ben Nasser de la que pende el hotel, fue a preconcurso. Ahora, con el renovado interés de Tyndaris, el alojamiento habría dejado la insolvencia y estará lista para la notaría. 

Cuatrecasas

Antes de que se firme la compra, quien tutela la operación en Barcelona es Cuatrecasas. El bufete de abogados jamás ha contestado a este medio sobre el estado de las negociaciones. Tyndaris, desde Londres, tampoco lo ha hecho. Otras fuentes del sector apuntan a que "la compra avanza, aunque no lo suficientemente rápido". 

Otras voces precisan que el prestigioso bufete de abogado ha involucrado a otro fondo de inversión que fundaron exletrados del despacho. Lo factual, por ahora, es que el hotel sigue sin completar su venta, cerrado y con 320 empleados en el alero. Mientras, el resto de la hotelería barcelonesa sí funciona, y lo hace a toda máquina, cabalgando el retorno de los turistas internacionales y esperando eventos como la Copa del América de Vela de 2024 y otro Mobile World Congress (MWC), evento que ha confirmado que se queda hasta 2030 en la capital catalana. Pero todo ello son futuribles sin concretar hasta que se cierre la colocación, que sería la mayor del año en el sector hotelero en Barcelona.