Las dudas del que, salvo sorpresa, será el nuevo dueño del Fairmont Juan Carlos I de Barcelona, Tyndaris, están agrietando a los sufridos trabajadores del hotel, que llevan más de dos años en expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). La vacilación del comprador del activo, que está tardando en adquirir y reabrir el alojamiento, ha derivado en "amenazas" y "acoso" al comité de empresa. 

Lo explican fuentes del sector hotelero, que precisan que las coacciones, "incluso personales y a los teléfonos móviles" de los miembros de la representación de los 320 empleados, han tenido lugar después de que la parte social avalara extender el ERTE del 30 de junio hasta el próximo 31 de diciembre. 

Ruptura

La decisión de prolongar la inactividad la propuso la propietaria del hotel, Barcelona Project's Sa, que representa los intereses de la familia saudí Ben Nasser, ligada a la monarquía alauí. Para convencer a los empleados, los saudíes ofrecieron un complemento a los trabajadores y mostraron un documento en el que se demuestra que los Ben Nasser ya han traspasado sus acciones, como ha avanzado este medio

Imagen del hotel Fairmont Juan Carlos I de Barcelona, cuya venta se ultima / CG

Con esta doble oferta, la propiedad pretendía convencer al personal de que debía aceptar la ampliación del ERTE hasta el 31 de diciembre o hasta que Tyndaris completara la compra del establecimiento. Pero el comité de empresa votó dividido: avaló la extensión por 12 votos a favor, 4 en contra y 3 abstenciones. 

"Amenazas"

Después de ese aval a medio gas, algunos trabajadores habrían presionado al comité. No estarían de acuerdo con la prórroga del ERTE, por lo que habrían enviado "amenazas" hasta a sus "teléfonos móviles". Tras ello, miembros de los sindicatos exigieron cesar el "acoso".

Desde la parte social apremian a "respetar los votos, las opiniones y las diferencias que conlleva una negociación", sean "acertados los votos" de los miembros o no. "No se puede permitir que se les falte el respeto y se les acose y amenace en su teléfono personal como se está haciendo", apostillan. 

La venta avanza muy lenta

Los nervios de los 320 trabajadores del Fairmont Juan Carlos I son comprensibles si se tiene en cuenta que la venta del hotel, única oportunidad para reactivarlo --está cerrado desde hace dos años y Barcelona Project's pasó por preconcurso de acreedores--, avanza muy lentamente. La colocación de los Ben Nasser ha sorteado algunos pasos, pero discurre entre dudas del nuevo inversor. 

Tyndaris es la última oportunidad para reabrir un hotel de lujo que se encuentra inoperativo desde 2020, salvo breves periodos, con 500 trabajadores inactivos y en ERTE. Algunos ya se han ido y quedan solo 320. El alojamiento no puede abrir porque está cargado con una deuda de unos 100 millones de euros y porque ningún inversor quería un negocio a quien el Ayuntamiento de Barcelona ha denegado la extensión del permiso de uso del suelo, que caduca en 2039. Ello espantó a otros interesados anteriores, como Apollo Global Management. 

Tyndaris, presionado

En este tablero, Tyndaris, un fondo de origen libanés que es parte de Tyrus Capital, vehículo inversor con doble sede en Mónaco y Londres (Reino Unido), se enfrenta a la presión de tener a 320 trabajadores al límite y al activo cerrado a cal y canto pese al verano de récord turístico en Barcelona. Asimismo, tendrá que sentarse con el ayuntamiento para aclarar qué pasará con la licencia de uso de suelo a partir de 2039. 

Antes, no obstante, debe completar una exasperante compra que cuando se confirme será la operación del año en la hotelería barcelonesa, después de que la familia Mestre vendiera la práctica totalidad de la cadena a Brookfield Asset Management por 440 millones en verano de 2021.