Comsa abandonó los números rojos en 2021. El grupo constructor catalán controlado por la familia Miarnau regresó a los beneficios y elevó su cartera un 22% hasta alcanzar los 1.470 millones de euros.

El presidente de la compañía, Jorge Miarnau, ha declarado que “el hecho de que el grupo cierre el año con resultados positivos supone un cambio de tendencia en el desarrollo de la compañía que nos anima a seguir avanzando hacia la consecución de los objetivos del nuevo plan estratégico”.  

Caída de la facturación

Por otro lado, la empresa facturó el año pasado 758 millones de euros, frente a los 778 millones obtenidos en 2020. Esto supone un ligero descenso del 2,57%, pese a lo cual la corporación espera elevar sus ventas hasta los 849 millones de euros este 2022, un 12% más, y hasta los 950 millones en 2026.

El negocio de construcción generó 440 millones, con un crecimiento del 6% de los proyectos en el mercado español. Recientemente, Comsa se ha adjudicado la ampliación de la estación de Chamartín en Madrid y la ejecución del nuevo acceso ferroviario en la T1 del Aeropuerto de Barcelona-El Prat.

Buena marcha de ingeniería

Por otra parte, la división de ingeniería registró en 2021 un aumento del 13% de facturación, alcanzando los 204 millones de euros. Además, incrementó su actividad en proyectos electromecánicos, Intelligent Trafic System (ITS) y sistemas de control de túneles y sistemas ferroviarios.

El área de mantenimiento, conservación y servicios ingresó 85 millones de euros, un 6% más que en 2020, mientras que el de promoción y concesión de infraestructuras alcanzó los 15,7 millones, un 15% más que el ejercicio anterior.