La miríada de comercializadoras que enchufan los hogares y empresas en España han encajado los efectos de la guerra de la Ucrania al igual que las grandes eléctricas. Esto es: subida de los costes energéticos y caída del consumo por parte de los abonados. Pero a diferencia de los principales operadores, como Naturgy, Endesa, Iberdrola y Repsol, las empresas más pequeñas afrontan una situación especialmente delicada. A la espera de las medidas que adopte el Gobierno para aliviar esta coyuntura, muchas están repercutiendo los incrementos sobre los usuarios.
"Estamos operando a pérdidas. Cada día de operación nos endeuda y, si no se le pone solución, nos encaminamos a la quiebra", reconoce Francisco Javier López, director general de Gaselec y portavoz de ASEME (Asociación de Empresas Eléctricas). Esta organización y ACIE (Asociación de Comercializadores Independientes de Energía) vehiculan la inquietud de un grupo de operadores que arrastra un encarecimiento de su operativa desde la primavera de 2021.
Riesgo de quiebras
Tanto el incremento del precio de los derechos de emisión de CO2, que inició un rally en marzo del año pasado, como la dependencia del gas natural, utilizado mayoritariamente como fuente de generación eléctrica y que también se ha encarecido en los últimos dos años, han impulsado al alza los costes productivos. En el caso de las comercializadoras más pequeñas se ha sumado el aumento de los avales y garantías exigidas por el operador del mercado eléctrico (OMIE).
"De resultas, si antes la compra de energía suponía entre el 40% y el 50% del gasto de una pequeña comercializadora, ahora este factor ha pivotado hasta cerca del 80%", detalla López. Los efectos inmediatos de la invasión de Ucrania aún no se han hecho notar, conviene el portavoz de ASEME. Pero los datos de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) son elocuentes: en 2021 declararon suspensión de pagos 26 comercializadoras eléctricas --y 24 de gas--.
Empresas más afectadas
Las compañías están adoptando distintas estrategias para afrontar esta coyuntura, aunque muchas de ellas están repercutiendo las alzas sobre las tarifas. "Hay comercializadoras que tienen la mayoría de su cartera de clientes con contratos indexados, esto quiere decir que la subida del precio diario se repercute directamente a los clientes como ocurre en el mercado regulado", explica Javier Bescós, director de regulación e innovación de Feníe Energía y presidente de ACIE, quien matiza que la mayoría de firmas de la entidad se hallan en esta situación.
Si bien estas empresas han quedado más resguardadas del calambrazo del sector, su margen se ha estrechado y han sufrido estrés de caja al tener que pagar la energía antes de cobrarla. "Las comercializadoras más afectadas son las que tienen una mayoría de clientes con un precio fijo pactado durante un año. En este caso venden la energía a un precio fijo que pactaron hace meses cuando no se esperaba una subida tan alta del precio eléctrico diario", añade Bescós. Esta segunda clase se están endeudando más pero están facturando lo mismo.
Medidas urgentes
En las últimas semanas, ASEME y ACIE han reclamado al Gobierno una serie de medidas para salvaguardar el tejido empresarial. La segunda propone una gestión de la medida eléctrica y del gas natural más autónoma, "con el fin de reducir la dependencia de los distribuidores que lastran la facturación y limitan el margen de gestión propia de las comercializadoras". Bescós también "considera prioritario establecer un hub donde los comercializadores accedamos en tiempo real a la lectura del suministro", además de flexibilizar la contratación del suministro.
"La revisión de los impuestos no depende de Bruselas, como el IVA que se cobra a las comercializadoras por parte de las distribuidoras", tercia López, quien echa en cara a la Administración que no ayude un sector que ha "hecho un esfuerzo para ir de la mano de la transición energética en España". En esta crítica incide Bescós: "En España el modo en que se están tomando las medidas, no ayuda a evitar posibles quiebras, sino más bien todo lo contrario". Mientras, la luz sigue subiendo.