Es el puerto en el que reposó el megayate de Vladimir Putin en Barcelona. La Marina Vela, la dársena deportiva del hotel vela o W Hotel, acogió el Graceful, propiedad de presidente ruso, durante unas semanas en 2020. La instalación ni lo confirma no lo desmiente, aunque subraya que colabora con todas las administraciones para ceñirse a la nueva normativa, también la sancionadora aprobada tras la agresión rusa en Ucrania.
Lo explican diversas fuentes del sector no vinculadas entre sí, que recuerdan que el Graceful, de 72 metros de eslora y un precio de 91 millones de euros al cambio, visitó Barcelona durante la pandemia "en diciembre de 2020". Permaneció "unas semanas" en la Ciudad Condal, donde se recuerda el "buen trato" que tuvo la tripulación con todos con quienes tuvo contacto.
Críticas a los oligarcas
La visita del Graceful a Barcelona sería una más de los grandes esloras a la capital catalana salvo por un extremo. Internautas y activistas contra la invasión rusa en Ucrania han reclamado sanciones a las naves propiedad de los grandes empresarios y altos políticos rusos por las hostilidades, que condenó la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU).
A este respecto y como avanzó este medio en exclusiva, Barcelona ya ha propuesto para sanción el amarre de 180 metros del oligarca Alisher Usmánov, accionista de referencia de Metalloinvest. Se le considera cercano al propio Putin.
Marina Vela: "Colaboramos con las autoridades"
Preguntado por la cuestión, un portavoz de Marina Vela ha explicado que la concesionaria no "informa a particulares sobre clientes de Marina Vela". La operadora del puerto deportivo, adquirida recientemente por el capital riesgo, "informa periódicamente a la Autoridad Portuaria de Barcelona sobre entradas y salidas de embarcaciones de su recinto concesional". También de "todos aquellos datos relativos a las mismas que le son requeridos por el citado organismo".
En relación a las sanciones y la legalidad vigente, Marina Vela "cumple con todas sus obligaciones en todos los ámbitos y bajo todas las jurisdicciones con competencias sobre su explotación y sin limitación de cualquier tipo". Estados Unidos "no las tiene, por el momento". ¿Y la guerra en Ucrania? Según la empresa, "pondrá a disposición de las autoridades todo aquello que pueda resultarles de utilidad y esté en sus manos". Con el objetivo, ha agregado el representante, de "paliar la catástrofe humanitaria que se viene produciendo".
El Puerto analiza los activos
Esa colaboración de los concesionarios no es óbice para que la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB) haya iniciado su propia investigación. El ente que preside Damià Calvet anunció esta misma semana que está peinando los clientes de sus concesionarias, también Marina Vela, para saber quién es el "beneficiario" de los activos que las usan. Todo ello con el fin de informar a la Unión Europea u otras administraciones de la presencia de bienes que pudieran ser embargados.
Antes de que el examen concluya, el Puerto de Barcelona ya ha comunicado que un amarre pertenece a un empresario sancionado. Es el atraque de Alisher Usmánov en Marina Port Vell. El punto de estacionamiento sirve para amarrar el yate Dilbar, propiedad del inversor. Forbes avanzó esta semana que las autoridades alemanas lo habían incautado en Hamburgo, aunque la información se desmintió poco después.