Giro inesperado en la estrategia de Telefónica con el negocio de fibra óptica submarina. La compañía no sólo ha descartado por ahora la idea de venderlo sino que, además, ha recomprado al fondo KKR el 40% de Telxius que le vendió hace cerca de cinco años. El precio comunicado por la compañía es de 215,7 millones de euros.
Para esta operación, Telefónica ha contado con el apoyo de su socio Pontegadea, la sociedad de inversión del fundador y accionista mayoritario de Inditex Amancio Ortega. De hecho, el 60% de Telxius que controla la compañía que preside José María Álvarez-Pallete está en manos de Pontel, una mercantil de la que Pontegadea posee algo más de un 16%.
Venta de las torres
Tras la exitosa venta del negocio de torres a American Tower, la red de cerca de 95.000 kilómetros de cable submarino es el principal activo que resta en Telxius, con el que, en principio, Telefónica pensaba seguir haciendo caja para reducir deuda.
Sin embargo, la situación ha cambiado de forma radical, hasta el punto de que Pontel pasará a ser el socio único de Telxius tras el cierre de la operación con KKR; de este modo, la operadora pasará a controlar de forma indirecta un 70% de su filial (frente al 50,01% actual) mientras que Pontegadea lo hará con el 30% restante (ahora tiene un 9,99%).
"Activo fundamental"
La operación supone valorar el 100% de Telxius en unos 540 millones de euros. En 2017, KKR pagó 1.275 millones de euros por el 40% de la filial, aunque hay que tener en cuenta que, por entonces, contaba aún con una cartera de unas 16.000 torres de telecomunicaciones.
Con la operación, Telefónica pretende, junto a su socio, “afianzar su apuesta por los cables submarinos, un activo que se ha demostrado crítico durante la pandemia y cuya contribución será igualmente fundamental en el desarrollo de la nueva era digital”.
Reducción histórica de deuda
Al cierre de 2021, Telefónica logró reducir su deuda hasta el entorno de los 25.000 millones de euros, tras restar unos 9.000 millones sólo en ese ejercicio; de este modo, la operadora se sitúa en sus cotas más reducidas desde mediados de la primera década del siglo.
Además del negocio de torres de Telxius, la compañía tuvo como objetivo deshacerse de sus activos en Latinoamérica, lo que ha venido a denominar Hispam, aunque al no encontrar comprador y llegar posteriormente la pandemia, optó por realizar la operación por partes.
Una red de última tecnología
Sea como fuere, su situación en cuanto a deuda es la mejor de los últimos años e incluso en las últimas semanas el mercado parece reconocérselo, factores que podrían haber hecho que la compañía se replantease su estrategia.
En su amplia y valiosa red de fibra óptica submarina se incluyen sistemas de nueva generación como Marea, Brusa y Mistral, así como SAm-1, el sistema que conecta EEUU con Latinoamérica desde el año 2000.
Digitalización y metaverso
La compañía considera que las redes van a ser una parte fundamental de los procesos de digitalización que ya se están llevando a cabo y que constituyen uno de los pilares que han establecido los países de la Unión Europea con vistas a la recuperación de la crisis del coronavirus.
Además, también tendrán un papel relevante en el desarrollo del metaverso, la web3 y la nueva era digital.