El presidente de la CEOE, Antonio Garmendi, ha recibido un espaldarazo desde FAES por la negociación que ha llevado a cabo sobre el acuerdo laboral que ha roto la unidad interna de la patronal y que le puede costar reeditar su cargo en las elecciones del próximo otoño. El think tank vinculado al PP más tradicional y presidido por José María Aznar asegura en un análisis divulgado a sus seguidores que el resultado del pacto que se ratificó este martes en el Consejo de Ministros es un “aval” a las intenciones iniciales de la organización empresarial.

“Ha mantenido los elementos fundamentales de flexibilidad interna en las empresas y consolida dos importantes novedades” respecto a la reforma laboral de 2012, que no se deroga, sino que se adecua en unos aspectos muy concretos. En este sentido, FAES destaca que se mantienen tanto la “reducción del coste del despido” como la “supresión de los salarios de tramitación”, dos de los elementos que introdujo el PP de Mariano Rajoy en el gran cambio laboral que se dio en una España sumida en la doble crisis anterior.

Golpe al Gobierno

Ambas medidas levantaron polvareda en su día y los partidos de la izquierda, especialmente Unidas Podemos, prometieron que se eliminarían en la legislatura en curso. Por ahora, ni siquiera se han abordado en la mesa de diálogo social. La plataforma conservadora destaca este incumplimiento. “Por mucho que el Gobierno insista en su habitual retórica adanista, la nueva regulación ni es “histórica” ni “deroga” la de 2012 vigente hasta la fecha”.

El Gobierno anuncia que el Consejo de Ministros ha aprobado el acuerdo laboral / EFE

Más allá de cargar contra el Ejecutivo bipartito liderado por Pedro Sánchez, FAES manifiesta en su mensaje que “el objetivo de la representación empresarial era limitar el daño que las soflamas demagógicas del Gobierno y sus socios parecían anticipar con su insistencia en la “derogación íntegra” de la reforma laboral, como uno de los compromisos centrales de la legislatura que llegó al punto de ser incorporado a un pacto escrito y rubricado por el PSOE con Bildu”. Y, de nuevo, señala que Garamendi y su equipo negociador han dado por conseguidos sus objetivos.

Contratos temporales

Sí reconoce que el acuerdo laboral final deja “mucho menos claro el efecto que las nuevas modalidades contractuales vayan a tener en paliar la temporalidad”. Muestra de forma abierta sus dudas de que el pacto, cuya letra pequeña aún se desconoce, “actúe, de verdad, sobre la dualidad del mercado laboral español a todas luces excesiva”.

Cabe tener en cuenta que endurecer las condiciones de temporalidad de los contratos ha propiciado el distanciamiento de varios sectores de actividad representados en la CEOE con la gestión de Garamendi. Es, por ejemplo, el motivo de que la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) se abstuviera en la votación que tuvo lugar en la cúpula de la patronal sobre el apoyo que el empresariado español ha brindado a los cambios en el mercado laboral. La falta de concreción en esta materia genera muchas dudas respecto a cómo se contratarán a los temporeros, hecho que ha propiciado un gran malestar en el mundo rural.

Malestar de Foment del Treball y CEIM

Esta falta de detalles sobre el acuerdo marco ha dado la puntilla a una forma de gestionar la patronal por parte del empresario vasco y de su equipo de confianza --formado por el jefe de gabinete de presidencia y director general de CEOE Internacional, Narciso Casado; la presidenta de la Fundación CEOE, Fátima Báñez; el presidente del ISEE, Santiago Aparicio, y el secretario general de la patronal, José Alberto González-Ruiz-- con el resto de organizaciones territoriales y sectoriales. Es especialmente notoria la falta de sintonía que actualmente tienen con Foment del Treball y CEIM, las dos organizaciones con mayor peso en la patronal y que marcarán el futuro de su gobernanza.

El presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre (d), el de CEIM, Miguel Garrido (i), y el concejal de Empresa de la Comunidad de Madrid, Manuel Giménez (c) / FdT

Garamendi dispone de poco más de un mes para recomponer las relaciones internas. Ahora, cuenta con el apoyo del PP más tradicional, de donde salen el grueso de los fichajes que ha realizado en el último mandato para dar forma a su llamada guarda de corps en la patronal. Todos ellos deberán remar para recoser la unidad de la CEOE y evitar que surja una candidatura alternativa que evite que continúe en el cargo otros cuatro años. Por ahora, no existe.