Tras la tempestad, ha llegado la calma. El consejo de administración de Merlin, reunido de forma extraordinaria en la tarde de este lunes con el cese de su primer ejecutivo, Ismael Clemente, encima de la mesa, ha optado por iniciar un proceso ordenado para articular la transición, ante el revuelo ocasionado por el enfrentamiento con Santander, primer accionista de la socimi.
A través de un comunicación de información privilegiada remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Merlin ha señalado que la decisión tomada por su consejo ha consistido en la apertura de un proceso para la mejora de la gobernanza en interés de la empresa y de todos sus accionistas.
Mejorar la gobernanza
La reunión se había convocado de urgencia tras la publicación en diversos medios de comunicación durante los últimos días de informaciones que detallaban las fuertes desavenencias entre Clemente y el primer socio de Merlin, ante lo que Santander había empezado a promover el relevo inmediato del que es, además, uno de los fundadores de la socimi.
En el comunicado, el consejo de administración, el presidente de la compañía, Javier García-Carranza (designado por el banco) y el propio Clemente expresan su respeto mutuo e inciden en su “expresa decisión de poner en marcha mecanismos precisos y medidas concretas para la gestión acorde con la mejor gobernanza de la Sociedad”.
El manifiesto de la discordia
Por medio, todas las partes implicadas han sido testigos de la reacción del mercado ante la precipitación de los acontecimientos. Los títulos de Merlin se han desplomado un 6,34%, en lo que ha sido su mayor caída desde marzo de 2020, en plena hecatombe de las bolsas por la irrupción del Covid-19.
También ha representado un papel fundamental para la decisión final del consejo el manifiesto en defensa de Ismael Clemente hecho público por el equipo directivo de Merlin, con el apoyo de 185 trabajadores de la compañía, en la que manifestaban su disconformidad con la situación y acusaban a determinados accionistas minoritarios, en clara alusión a Santander, de exhibir un comportamiento “abusivo y feudal”.
Proceso ordenado
Además, en la parte final de este manifiesto, los firmantes dejan abierta de forma implícita la posibilidad de acudir a los tribunales al asegurar que lucharán “hasta el final” en defensa de los intereses de los accionistas.
De esta forma, el consejo ha optado por llevar a cabo el proceso de forma ordenada, darse algún tiempo para terminar de pactar las condiciones del relevo y, al mismo tiempo, dar una imagen de calma y unidad, radicalmente contraria a la mostrada en los últimos días, con el fin de que las aguas vuelvan a su cauce.