Naturgy se ha anotado un beneficio neto de 777 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que supone un incremento del 58,6% con respecto al mismo periodo del año anterior.
La compañía ha informado hoy que el excedente hasta septiembre incluye las plusvalías netas de 187 millones que corresponden a las desinversiones del negocio eléctrico en Chile y la venta de Unión Fenosa Gas (UFG) a Eni en Egipto.
El ebitda se mantiene a la baja
La cotizada ha detallado también que el beneficio ordinario ha alcanzado los 865 millones de euros, un avance interanual del 28%. Con lo que respecta al beneficio bruto de explotación o ebitda, el indicador se situó en los 2.560 millones de euros, un 1,2% inferior al de 2020.
El excedente antes de impuestos es un 217% más bajo que el 2019, lo que indica que no ha recuperado los niveles previos a la pandemia. En relación al ebitda ordinario, se encaramó hasta los 2.990 millones de euros, un aumento del 6% en relación a 2020 y un descenso de la misma magnitud desde 2019.
Beneficio pese a la incertidumbre
En su nota pública, Naturgy ha destacado que la subida del beneficio tiene lugar en un entorno de volatilidad en los mercados internacionales del gas. Asimismo, la compañía que preside Francisco Reynés subraya que aumenta ganancias en mitad de la "incertidumbre regulatoria" en el sector energético.
En el campo de la demanda, la cotizada ha enfatizado que ha detectado una recuperación de la demanda hasta septiembre, así como una leve expansión de sus márgenes de gas en los mercados internacionales, una tendencia explicable por la volatilidad. En España, no obstante, los márgenes se contraen por el aumento de precios del pool eléctrico.
'Ebitda' previsto de 3.900 millones
En este tablero, Naturgy prevé que su ebitda se mueva entre los 3.800 y los 3.900 millones de euros a final del ejercicio en curso.
En los nueve meses ya vencidos, el grupo invirtió en 900 millones de euros. Se centraron en los negocios de generación renovable y las infraestructuras de redes de distribución de energía. Pese a este gasto, la deuda total del conglomerado se quedó en 11.400 millones de euros de enero a septiembre, un retroceso del 16% con respecto a 2020.