Los sindicatos del Sabadell quieren fijar un ERE 'modelo' como base para futuros ajustes

Pero se prevén turbulencias en el tramo final de la negociación. Los comités reclaman unas condiciones de salida más ventajosas que las ofrecidas hasta ahora por la entidad. Fuentes sindicales consultadas por Crónica Global reconocen que la plantilla se juega un marco de referencia ante la posibilidad de nuevos ajustes. Máxime, cuando el plan de abaratamiento del Sabadell se extenderá hasta 2023 y los empleados son conscientes de la transformación digital emprendida por el sector. Transformación que implica, según estos interlocutores, el sacrificio del grueso de la red comercial de la banca tradicional.

Trasvases internos

De ahí que en paralelo a la quita de los afectados --la última propuesta de la corporación fija los despidos en 1.440, frente a los 1.936 planteados inicialmente, pero todavia queda lejos de los 1.300 defendidos por los comités--, las organizaciones laborales enumeren una lista de medidas sociales por revisar. Entre estas, la movilidad funcional de los trabajadores, uno de los principales escollos del diálogo. Pese a que otros interlocutores cercanos a la negociación recuerdan que el banco ya facilitó la transferencia de 60 empleados a su filial BSOS, los sindicatos consideran insuficiente esta maniobra.

Estas recolocaciones deberían pasar, tal y como trasladan desde UGT y CCOO, por el trasvase de una parte del personal de oficinas a los servicios corporativos, donde hay un número muy superior al excedente previsto por el Sabadell entre la plantilla mayor de 55 años. Mediante esta propuesta se podría disminuir la afectación total del recorte, ya que se cubrirían estas vacantes con el staff de las sucursales. Por el momento, la petición ha sido desestimada. También se ha propuesto la creación de gestores en remoto y la potenciación del teletrabajo para reducir la afectación, aunque con igual reacción por parte de la dirección.

Huelga contra el ERE de Banco Sabadell en Barcelona / CEDIDA

Más incentivos económicos

En cuanto a la movilidad geográfica, los trabajadores piden desplazamientos limitados, sobre todo pensando en áreas poco pobladas y con infraestructuras menos desarrolladas, como la cornisa cantábrica, que perjudican algunos traslados. Aunque también se asume que la menor penetración del grupo en determinadas comunidades --al contrario de lo que sucedía con otras compañías como Caixabank o Banco Santander-- dificulta una recolocación cómoda para los afectados.

Pero las demandas son muchas y variadas: la mejora de las bajas incentivadas hasta los 53 años, de las prejubilaciones de los 54 a los 62 años y de las indemnizaciones del colectivo mayor de 63 años. En todos los casos se exigen compensaciones en base al salario anual asignado o los días por año trabajado (en las prejubilaciones e indemnizaciones) mayores a los números planteados por la entidad. Asimismo, la propuesta de excedencias remuneradas para toda la plantilla es otro factor que va en la línea de configurar un colchón económico que pueda ser defendido en otras situaciones.

La voluntariedad, "línea roja"

Junto a este paquete social, la voluntariedad es la "línea roja" de los agentes sociales. Un portavoz sindical resume: "Entendemos que el banco debe ofrecer mejores condiciones para que haya suficientes voluntarios atraídos por estas buenas condiciones". A diferencia de lo que ocurrió en el anterior ajuste para 1.817 empleados, ejecutado mediante bajas voluntarias, fuentes próximas a la negociación señalan que la propia estructura del grupo impide repetir este enfoque. Las necesidades de esta reestructuración, que van en la línea de eliminar determinadas redundancias internas, impiden repetir el mismo esquema.

Pero la experiencia de la alta participación en los recientes expedientes colectivos del sector va en otras dirección. En los últimos ERE de Caixabank, BBVA, Santander y Sabadell, la sobredemanda de la cifra de adhesión resultó de una combinación de adscripción voluntaria e incentivos económicos.

Una de las sedes del Banco Sabadell / EP

Un marco de referencia

Por otro lado, los sindicatos han criticado que el Sabadell use este mecanismo tras haber contratado a más de 600 personas desde 2020, 373 de las cuales fueron fichadas este mismo año. Más allá de los tiras y aflojas sobre las compensaciones, esta aparente contradicción, sumada a la negativa a aceptar un esquema general de voluntariedad, han dificultado un acuerdo desde el comienzo del proceso.

En cualquier caso, el tijeretazo en marcha forma parte del plan estratégico 2021-2023 aprobado por el banco, por lo que los sindicatos reconocen que lo importante es pactar un modelo por si se presentan nuevas extinciones colectivas en los próximos dos años. Un delegado sindical recuerda que este mismo viernes se cerrarán 42 oficinas en Cataluña, y que otras 200 podrían caer antes de Semana Santa. La transformación del sector llega también a Banco Sabadell y los trabajadores son conscientes de ello. Pero su preocupación es que este viraje del negocio bancario se haga de acuerdo a unos mínimos sociales que los comités intentarán definir en este ERE. Tienen 24 horas (salvo prórroga) para lograrlo.