Mar de fondo en el concurso de acreedores de Elbarri y Grupo Iglesias en Barcelona. El personal de los restaurantes operados por el laureado chef Albert Adrià y los hermanos Iglesias ha estallado y pide "información" a los gestores. Alertan de que hasta 60 personas de los más de 120 empleados podrían acabar con compensaciones mínimas pagadas por el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) pese a su antigüedad.
Lo denuncian fuentes del sector que apuntan a la corriente de descontento que ha atenazado dos de los nombres más conocidos de la restauración catalana. Aseguran que el proceso de insolvencia de Elbarri --joint venture de Adrià con los Iglesias-- y del grupo barcelonés se ha complicado y que hay riesgo de manifestaciones. Sería, si ocurre, un hito negativo en la alta gastronomía catalana, pues Adrià se ha retirado de Elbarri, pero continúa operando Enigma, entre otros proyectos.
"Los echarán y no saben a cuáles"
Este medio se ha dirigido a los administradores concursales y a Grupo Iglesias para recabar su versión. No la han dado por un principio de prudencia en el marco de la insolvencia. Otras voces del sector sí lo han hecho. Precisan que hay siete sociedades en concurso, que el pasivo total es de 9,6 millones de euros, frente a los ocho que se apuntaba en un primer momento, y que, sin embargo, las empresas serían viables con la recuperación económica y, por ende, de la restauración.
Antes, no obstante, habrá que sortear obstáculos. El principal es la "falta de información" que denuncian los 120 trabajadores de Elbarri y Grupo Iglesias. Aseguran que "las empresas concursadas van a echar a más de 60 personas y no se sabe a quién". Lo que es más, los gestores de las firmas habrían rechazado acercar posturas pese a que el Juzgado de lo Mercantil número 11 que pilota el proceso apremió a ello.
"Al Fogasa"
De este modo, el 50% de la plantilla de los grupos Elbarri --que operaba los restaurantes Tickets, Hoja Santa y Pakta, con tres estrellas Michelin, y Bodega 1900-- y Grupo Iglesias --Rías de Galicia, Espai Kru y Cañota-- teme irse a la calle. Los empleados apelan "a la antigüedad, la fidelidad a los proyectos y a la buena voluntad para negociar rescisiones de contrato amistosas".
No ha habido acuerdo, por ahora. Los trabajadores alertan de que "se les quiere echar por nada" y "enviarlos al Fogasa", donde cobrarían una mínima compensación por años "y décadas" de trabajo en los dos grupos que están en insolvencia. "Se acerca la fase decisiva del concurso y no saben nada. Y nadie les ha llamado", advierten las fuentes consultadas.
Espantada de Albert Adrià
Hay otro extremo controvertido. La plantilla de Elbarri y Grupo Iglesias ha montado en cólera no solo por la "negativa a aportar información" de los concursados, sino por, aseguran, "la espantada de Albert Adrià". Sostienen que el maestro de la cocina, que atesoraba hasta ahora cuatro estrellas Michelin, los ha dejado "plantados y se ha ido a París", en referencia al proyecto de restaurante efímero que el chef montó con otro laureado creador, el francés Alain Ducasse, en la capital gala en agosto.
"Restaurantes como Tickets tenían lista de espera de tres meses y una operativa muy intensa. Ganar una estrella Michelin y ser una referencia de la cocina en Barcelona y el resto de España se logró con el esfuerzo del personal. Ahora, Albert los ha dejado tirados y nada saben de él", se quejan las mismas voces.
Barcelona pierde tres estrellas
El aldabonazo de alerta en torno al concurso de acreedores de Elbarri y Grupo Iglesias llega meses después de que la saga familiar y el hermano de Ferran Adrià anunciaran que disolvían su sociedad triestrellada. En paralelo a ello, el conglomerado de restauración de la estirpe de la cocina barcelonesa fue a insolvencia, como avanzó Metrópoli Abierta. El proceso continúa en un juzgado mercantil de la Ciudad Condal
Antes, las dos noticias cayeron como un mazazo sobre el maltrecho sector de la restauración catalana, que vio como Barcelona perdía de un plumazo tres estrellas Michelin durante la pandemia del coronavirus. Pocas semanas después, se conoció que uno de los restaurantes afectados, Bodega 1900, continuaba por el empeño de los trabajadores, que reflotaron el cenador por medio de una cooperativa. El resto de locales tiene los libros en el juzgado en una insolvencia que se ha tornado bronca.