La próxima parada de tres nucleares amenaza con ahondar el caos eléctrico
Entre octubre y noviembre está prevista la recarga de combustible en Almaraz I, Ascó I y Cofrentes, lo que tensionará aún más los precios al retirar del mercado energía a coste cercano a cero
7 octubre, 2021 00:00Los precios de la electricidad en España van camino de dispararse aun más en las próximas semanas con motivo de la retirada provisional del mercado de potencia instalada de origen nuclear, una circunstancia derivada de la parada programa de hasta tres centrales de este tipo. De este modo, la aportación al pool de energía a coste prácticamente cero se reducirá de forma significativa en favor de tecnologías notablemente más caras, como el carbón y, sobre todo, los ciclos combinados de gas.
En concreto, las plantas nucleares de Almaraz I, Ascó I y Cofrentes tienen programa una parada por recarga del combustible para los meses de octubre, del que ya se han consumido algunos días, y noviembre. La potencia instalada conjunta de estas centrales supera los 3,1 gigawatios, cerca de un 10% del pico de demanda en un día convencional.
Un mercado fuera de control
El comportamiento desbocado de los precios en el mercado mayorista, especialmente a partir del pasado julio, ha tomado tintes realmente preocupantes, con síntomas que apuntan a una situación de fuera de control. En concreto, este jueves el precio medio en España se situará en 288,53 euros por megawatio/hora (MW/h). Supone reventar el anterior registro histórico, fijado 24 horas antes, con una subida en términos absolutos de 60 euros y de más de un 26% en términos relativos.
Pero aún más significativo resulta el comportamiento del coste eléctrico en los últimos cuatro días. Desde el pasado domingo, el precio de la electricidad se ha disparado un 159%; el MW/h medio este jueves costará 177 euros más que el último día de la pasada semana.
El gas, detrás de las subidas
Uno de los principales motivos de tal espiral inflacionista se encuentra en la desbaratada subida de los precios del gas natural, que avanzan sin control desde hace semanas. Están presionados por el incremento de la demanda, especialmente desde China, y algunas tensiones geopolíticas que han provocado algunos recortes en los suministros.
La repercusión de los precios del gas en el mercado eléctrico español en estos momentos es considerable. A ello se suma el cierre de las plantas de carbón en los últimos años y el fin de las nucleares programado, que han dejado a los ciclos combinados, que emplean gas como combustible, como principal tecnología de respaldo de las renovables.
Insuficiencia renovable
La red de energía verde aun no está desarrollada de forma suficiente para asegurar el suministro, lo que hace que el sistema tenga que recurrir a la producción con ciclos combinados, que se encuentra, ya de por sí, entre las tecnologías más caras y cuyos precios se han disparado por la inflación del gas. El carácter marginalista del sistema de fijación de precios hace que sean precisamente los ciclos los que marquen el coste final en cada franja horaria.
De ahí que las próximas paradas en cadena de tres centrales nucleares puedan contribuir a que los costes se disparen aún más, dado que la producción renovable no será suficiente para cubrir el hueco que dejarán las plantas anteriormente citadas.
La nuclear entra en el pool a coste prácticamente cero y, además, tiene otra ventaja como es el hecho de que su actividad es continua. Si no hay una anomalía, las centrales producen electricidad durante las 24 horas del día, lo que no sucede con ninguna de las plantas renovables.
Ese denominado “hueco térmico” será cubierto por los ciclos combinados, lo que contribuirá aún más a encarecer el precio de la electricidad en el mercado mayorista. A esta circunstancia cabe añadir el hecho de que algunas tecnologías renovables, especialmente la eólica, que junto con la nuclear es la que más generación aporta, están empezando a cesar su actividad en determinados horarios para evitar producir a pérdidas.
Paradas heterogéneas
Este último extremo está relacionado con la batería de medidas puestas en marcha por el Gobierno a mediados del pasado septiembre para tratar de minimizar el impacto de la subida de la electricidad en el recibo. La mini-reforma también afecta a algunas instalaciones renovables, especialmente las más antiguas, que han visto también recortadas sus retribuciones.
Según el calendario previsto, las centrales de Cofrentes y Ascó I pararán en el presente octubre mientras que Almaraz I lo hará en noviembre. Cabe tener en cuenta que las frecuencias de carga de combustible de los siete reactores nucleares que aún operan en España no son homongéneas.
El precedente de Francia
De acuerdo con la información suministrada por Foro Nuclear, la patronal del sector, los dos reactores de Almaraz y los dos de Ascó recargan combustible cada 18 meses mientras que Cofrentes lo hace cada 24 meses. La misma fuente apunta que el periodo medio del proceso se estima en 30 días.
Precisamente, un parón nuclear estuvo también detrás la escalada inflacionista de la electricidad a finales de 2016 y comienzos de 2017, aunque en este caso se dio en Francia. A finales de 2016, cerca de un veintena de plantas nucleares en el país vecino interrumpieron al tiempo su actividad (algunas con paradas programadas y otras, derivadas de problemas técnicos).
Tensión y medidas
La situación hizo que el volumen de energía exportado a Francia se disparara durante aquellas semana, lo que contribuyó a elevar los precios en España, junto a otros factores como la escasez de lluvia y viento y la entrada de un invierno con temperaturas particularmente bajas.
No obstante, por entonces los precios no llegaron a superar los 100 euros por MW/h. La situación sí generó mucho ruido político y el Gobierno, entonces presidido por Mariano Rajoy, también se lanzó a aplicar medidas provisionales, que entonces consistieron en establecer mecanismos para fomentar el incremento de la oferta de gas y, así, rebajar su precio. Los efectos a largo plazo han ido en el sentido opuesto.