Nuevo revés para el ocio nocturno. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) mantendrá cerradas las discotecas y bares musicales al considerar que la patronal Fecasarm no ha aportado ninguna prueba que avale la petición de reapertura de los demandantes. Actualmente, el ocio nocturno y la restauración tienen limitado su horario hasta las 00.30 y su aforo al 50% en espacios interiores.
La asociación solicitó la reapertura de los locales en base a la disminución de los indicadores sanitarios de riesgo y al fin del toque de queda en todos los municipios catalanes. Sin embargo, el tribunal se ha posicionado del lado del Govern, que descartó la apertura a corto plazo de los establecimientos, y ha denegado la solicitud de Fecasarm. Por otro lado, el TSJC ha aceptado prorrogar una semana más la limitación de las reuniones a un máximo de 10 personas en Catalunya, tal y como pidió el Govern.
Huelga de hambre
La resolución llega, además, un día después de que el sector hayan iniciado una acampada y una huelga de hambre indefinida en el centro de Barcelona para reclamar la vuelta a la actividad. Las discotecas llevan cerradas en Cataluña desde el pasado 6 de julio.
Los propietarios defienden el ocio nocturno reglado como una forma de reducir los botellones y alertan de la "situación insostenible" que viven las empresas. En su petición al TSJC, la asociación propuso extender el horario de apertura hasta las tres de la madrugada, una medida que "contribuiría a reducir en un 50% la práctica ilegal descontrolada".
"Situación insostenible"
"La situación actual es insostenible e inaceptable: mientras nuestros empresarios se arruinan cada noche un poco más, las fiestas ilegales y los botellones van a más", denunció el secretario general de Fecasarm, Joaquim Boadas.
Otras patronales del sector, como Fecalon, se han sumado también a este SOS. “Queremos llamar la atención a lo que consideramos que es una estigmatización del colectivo”, declaró ayer el secretario general de Fecalon, Fernando Martínez. El portavoz recordó que se trata del “único sector al que aún no han permitido abrir desde que empezó la pandemia hace 17 meses”.