Las grandes marcas están empezando a sufrir las consecuencias del colapso del tráfico marítimo. El subidón del precio de los contenedores de 40 pies, uno de los más solicitados en el transporte entre Asia y Europa, sumado al bloqueo de cargueros en multitud de puertos, ha obligado a las compañías a buscar alternativas para mantener engrasadas sus redes de suministro.
Mango es una de las grandes empresas que ha diversificado sus vías de transporte para evitar problemas de abastecimiento. Un portavoz de la compañía reconoce que la enseña ha implementado distintas soluciones en los últimos meses para asegurar el funcionamiento de la cadena de producción.
Alternativas al barco
La firma ha optado por el uso del tren y del camión para trasladar las prendas de ropa de las factorías asiáticas hasta sus almacenes y tiendas ubicados en Europa. "En el caso del tren venimos usando este medio desde hace meses, pero nuestra logística no se ha trasladado a este medio pues es imposible por capacidades", puntualiza la corporación.
Mango también ha alquilado contenedores de 20 pies, con algo menos de capacidad de los usados habitualmente en el tráfico marítimo intercontinental. E incluso ha recurrido al avión: "En algunos casos, por tiempos y necesidades de entregas, hemos volado mercancía".
Cambios en la logística
Una variedad de medios que, según la compañía, no son del todo novedosos: "Mango trabaja con centros de producción en todo el mundo y está acostumbrada a trabajar en situaciones de alta demanda en el mercado". De hecho, la marca afirma que no ha sufrido problemas de abastecimiento e incide en que este episodio ha acelerado el proceso de reorganización de la estructura de aprovisionamiento para "incrementar la producción en cercanía".
En este contexto se cuenta la importante ampliación del centro de operaciones de Lliçà d’Amunt (Barcelona), con una inversión de alrededor de 35 millones de euros. El nuevo complejo implementará automatismos que complementen las funcionalidades actuales de las instalaciones y que respondan al auge de las ventas online.
Precios por las nubes
Pese a ello, la empresa reconoce que se está viviendo una situación de "mayor demanda que oferta" en la logística internacional. El incremento de los costes de algunos medios es notable. En el caso de los contenedores de cuarenta pies --también conocidos por la denominación en inglés dry--, su precio ha superado el umbral de los 10.000 dólares, lo que supone quintuplicar el precio habitual de estos instrumentos.
Este aumento va de la mano de la subida de la demanda tras el parón de la economía por el Covid-19. A medida que quedan atrás las peores etapas de la pandemia, el sector privado vuelve a pujar de forma masiva por las redes de abastecimiento. Pero la pugna por adueñarse del transporte marítimo se suma a otros factores que han terminado de encarecer las rutas comerciales.
Tormenta perfecta
Por un lado, el incidente del canal de Suez, que frenó en marzo las cadenas internacionales de suministro. Por otro, la especulación de las materias primas, que vuelven a suscitar el interés de inversores y productores a medida que se revitaliza la economía global. Un reverso del acelerón posCovid que también se ha notado en el segmento de los microprocesadores, donde el regreso atropellado a la demanda previa a la crisis sanitaria ha provocado problemas serios de abastecimiento en la industria de la automoción.
Esta tormenta perfecta no se despejará hasta bien entrado 2022. Hasta entonces, las compañías deberán ampliar sus canales de transporte, como ha hecho Mango, para asegurar la llegada de mercancías a los mercados europeos, que son precisamente aquéllos por los que empezará la reactivación económica.