Foment del Treball ha lanzado una propuesta al Gobierno para que afronte una reforma en profundidad del sistema eléctrico que permita abaratar los costes la electricidad, actualmente disparados, y no penalizar así tanto a la competitividad de la economía como a las familias.
La patronal considera que para provocar una rebaja efectiva en los precios de la electricidad, el Gobierno debería negociar con sus socios comunitarios un cambio en el sistema de fijación de precios, con el fin de poder articular uno de que tenga en cuenta cada fuentes de producción en lugar del actual, de tipo marginalista y en el que, por lo tanto, la tecnología más cara es la que establece el precio final.
Cargo en los PGE
“Normalmente esta tecnología es la que usa gas natural como materia prima, y su elevado coste en este momento produce una enorme inflación del precio del MWh”, explica Foment en un comunicado remitido este jueves.
La organización empresarial también señala que los costes asociados al régimen retribuido específico de renovables, cogeneración y residuos debería ser asumido por los Presupuestos Generales del Estado, en lugar de ser cargados en el recibo. Al menos, mientras no hay un cambio en el modelo de retribución.
Reforma fiscal
Además, Foment del Treball considera necesaria una reforma de la fiscalidad de la energía, con el fin de que las medidas que de manera extraordinaria ha adoptado el Gobierno para tratar de paliar los efectos de la subida eléctrica se conviertan en definitivas.
Así, el organismo que preside Josep Sánchez Llibre apunta que el tipo de IVA reducido del 10%, aplicado de forma provisional, debería ser permanente e incluso revisarse a la baja de forma paulatina hasta el 5%, que es el que rige en países como Francia.
Estrategia competitiva
También apuesta por eliminar para siempre el impuesto que grava con un 7% la generación de electricidad y que ha sido provisionalmente eliminado por el Ejecutivo, que en ningún momento se ha pronunciado a favor de su fin definitivo.
Por último, Foment del Treball pide “establecer una estrategia energética industrial que permita a las empresas y a la industria productiva, en especial las grandes consumidoras de energía eléctrica y térmica, avanzar hacia los objetivos de descarbonización y de neutralidad climática, manteniendo la competitividad empresarial y el mantenimiento del empleo”.