“Entender el momento”. Con ese principio, la patronal Foment del Treball ofrece sus recetas en Cataluña para iniciar una nueva etapa que aproveche, con toda su potencia “pero sin euforia”, la recuperación económica. El momento exige prudencia para sortear todas las dificultades que todavía presenta la pandemia del Covid, pero también reclama “ambición”, la del tejido empresarial, con el objetivo de levantar Cataluña para que vuelva a ser el gran motor de la economía española tras el procés independentista.
Lo señala el Instituto de Estudios Estratégicos de la patronal, que dirige Jordi Alberich y que ha elaborado un documento que pretende ser una hoja de ruta para toda la legislatura. Se da la cirscunstancia, como apunta la organización, de que la recuperación coincide con el inicio del mandato de Pere Aragonès al frente de la Generalitat. Y la voluntad es que la colaboración público-privada sea esencial, con un empresariado “ambicioso” y con una administración que “ejerza” el autogobierno, “con todas sus posibilidades, a veces poco exploradas”, pero desde el “consenso y la previsibilidad”, concepto este último que es vital para el mundo económico.
Sin dejar de lado los "desequilibrios"
En línea con otros documentos económicos, como el que impulsó el Círculo de Economía, la patronal Foment del Treball sitúa en el centro al empresariado con la convicción de que, pese a todas las críticas recibidas, ha sabido mantenerse en la tempestad. “El futuro depende, en muy buena medida, de nosotros mismos, de cuán capaces seamos para ejercer el autogobierno y de cómo de ambicioso y acertado se muestre el empresariado. Y hay motivos para confiar en quienes, sucesivamente, han superado la gravísima crisis financiera de 2008, el descalabro político e institucional catalán y los estragos de la pandemia”. El documento aprecia una cierta "ansiedad" de ese empresariado por la recuperación y pide una lectura correcta del "momento", con todos los actores involucrados, para que cada uno sepa estar desde su propia responsabilidad.
La recuperación económica es un hecho. Foment tiene claro que distintos factores, como el consumo privado, el dinamismo inversor y los fondos europeos tirarán la economía hacia arriba con cierta potencia, pero se insiste también en que no se puede caer en la “euforia”, porque se arrastran carencias de las anteriores crisis y consecuencias de la propia pandemia del Covid que tardarán en superarse. “No nos podemos dejar llevar por los excelentes registros de crecimiento pues éste, por fuerte que sea, no resolverá por si solo fragilidades que, viniendo de lejos, la pandemia no ha hecho más que acentuar. Desde los desequilibrios macroeconómicos a las carencias estructurales, o al creciente número de ciudadanos que se sitúen al margen del bienestar”, se señala.
Recuperar a las empresas que se fueron
Foment, como reitera su presidente, Josep Sánchez Llibre, tiene el firme propósito de que las empresas que dejaron Cataluña, tras el 1-O, puedan regresar esta misma legislatura. La idea que maneja el Instituto de Estudios Estratégicos es que la política catalana ha comenzado un nuevo ciclo y que las corrientes “de fondo” de la sociedad catalana “apuntan claramente a la distensión, y la política parece lanzar señales en la misma dirección”. Eso debería facilitar ese regreso de sedes empresariales: “Sólo así abordaremos los desafíos del momento y, entre ellos, el favorecer el retorno de sedes corporativas. De lo contrario, pueden acarrear el desplazamiento irreversible de centros de decisión y puestos de trabajo”.
Ahora bien, las recetas, una vez se consolide esa estabilidad institucional, deben pasar por políticas acticas para recuperar a los jóvenes, que se han marginado en el mercado laboral y por una política impositiva favorable: “Cataluña tiene una maraña impositiva que constituye un factor desalentador para la inversión empresarial”.
Colaboración público-privada
El factor determinante, ahora y aquí, señala Foment, es aprovechar bien los fondos europeos, con una colaboración público-privada que sea efectiva, y en los ámbitos productivos y buscar, desde el campo institucional, una mayor presencia de Cataluña en la gobernación de España. Para ello es esencial también que Barcelona sepa colaborar con el área metropolitana y con el gobierno autonómico.
Lo que apunta el centro de estudios de la patronal es que los partidos independentistas en el Congreso sepan ver ese momento: “La legítima defensa de lo propio no es incompatible con el apoyo de aquellas políticas que favorecen el progreso compartido. Los partidos de obediencia catalana están ante la posibilidad de incidir de manera decisiva en el rumbo de España y, en consecuencia, de los ciudadanos catalanes”. Alude de este modo a una posible colaboración, entre otros ámbitos, en los presupuestos del Estado para el próximo año, una tesitura en la que se mueve Esquerra Republicana, pero todavía no Junts per Catalunya.