Una habitación, dos millones de euros. Son los primeros precios que trascienden de las Mandarin Residences, los primeros apartamentos de lujo que impulsa Mandarin Oriental Hoteles y que se estrenarán en Barcelona en septiembre.
Según ha podido saber este medio, los pisos premium más pequeños que tendrán las viviendas con servicios chic cuestan la escalofriante cifra de 2,3 millones de euros. O lo que es lo mismo, 17.000 euros por metro cuadrado, un precio tres veces superior a la tarifa media de nueva construcción en la Ciudad Condal, que ronda los 5.000 euros por metro cuadrado.
Los más asequibles
Los 2,3 millones que pide Mandarin por los apartamentos con servicios de una sola habitación --situados entre las plantas 7 y 10-- palidecerán con los precios fijados para las cuatro penthouses que tendrán sus Residences de Barcelona, el primer producto de este tipo que lanza la cadena hongkonesa. Los cuatro áticos con servicios medirán 580 metros cuadrados y disfrutarán de todo tipo de extras para el confort del residente, según Savills, su comercializadora.
Se incluye el acceso a un club lounge, espacios de reuniones y entretenimiento, un gimnasio de grandes dimensiones, una terraza exterior para relajarse y bañarse, pues habrá una piscina, y un spa de lujo. Todo ello en la mejor esquina de Barcelona, la confluencia de las calles avenida Diagonal con Paseo de Gracia, la milla de oro de Barcelona.
Lanzados con retraso
Cabe recordar que las Mandarin Residences ya están en comercialización. Se entregarán en otoño, cuando terminen los últimos trabajos de adecuación de la Torre Deutsche Bank. La venta de los 30 apartamentos y las cuatro penthouses marcha con retraso, pues la pandemia, primero, y los disturbios por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél, después, demoraron su colocación.
Previo a ello, el edificio singular sufrió un revés mayúsculo cuando su dueño, el fondo KKH, vio como el Ayuntamiento de Barcelona frustraba un proyecto de hotel operado por Four Seasons. El Ejecutivo local de Ada Colau vetó la operación urbanística que permitía el proyecto, por lo que el vehículo inversor transformó el activo en viviendas de superlujo.