La primera junta de accionistas del grupo Prisa tras la ratificación de Joseph Oughourlian como presidente de la compañía no ha estado exenta de tensión en una compañía que viene de un convulso 2020, al margen de la circunstancia de la pandemia. Oughourlian no ha dudado a la hora de señalar a los Polanco, históricos accionistas de la compañía, como los máximos responsables de que la empresa lleve más de una década lastrada por un abultado endeudamiento que le ha obligado a deshacerse de algunos negocios para asegurar su viabilidad.
La asamblea, en la que se daba inicio de manera formal a la nueva etapa de Prisa, con una clara división entre los negocios de medios y de educación, con un ejecutivo al comando de cada una, ha contado con la participación de los Polanco en el turno de intervenciones, en el que, además de alguna crítica velada a la línea que va seguir la empresa a partir de ahora, han apuntado la necesidad de recortar con urgencia la deuda como el que debería ser el primer cometido del nuevo consejo.
Asumir responsabilidades
El guante ha sido recogido por Oughourlian con firmeza. “Estoy completamente de acuerdo con esta observación. Pero también diré que cada uno debería de asumir sus responsabilidades; y, desde luego, quien tomó las medidas que nos han llevado a esta situación no fui yo”, en alusión a la gestión anterior, controlada por los Polanco.
Anteriormente, en un breve discurso dirigido a los socios de la editora de El País, Oughourlian ya se ha referido a esta cuestión y también al impacto tan negativo que ha tenido en la cotización de la compañía.
Un "desastre"
“Hemos de asumir que desde la muerte de don Jesús, la evolución de la cotización de Prisa ha sido un completo desastre. Y lo sé muy bien porque también soy accionista”, en alusión a Jesús Polanco, uno de los fundadores del grupo e histórico presidente, fallecido a mediados de 2007.
Al margen de su posición particular, Oughourlian representa al fondo Amber, primer accionista de Prisa desde hace unos cuantos años y que ha elevado progresivamente su participación hasta bordear el 30%, que marca la obligación legal de lanzar una opa por la totalidad del capital en el caso de que se supere.
Hoja de ruta definida
“Estamos en el camino correcto para resolver el problema de la deuda, que se debe a errores del pasado que estamos pagando muy caros los actuales accionistas. Y así llevamos 13 años”, ha recordado el presidente de la compañía.
Además, Oughourlian también ha puesto sobre la mesa que la hoja de ruta que actualmente ejecuta el consejo, basada principalmente en la separación de los dos grandes negocios de Prisa, ya se determinó antes de su llegada a la presidencia.
Entrada de Vivendi
Ésta se produjo a finales del pasado año cuando, precisamente en el marco de una junta de accionistas de carácter extraordinario (cuyo fin original era aprobar la venta de la división española de la editorial Santillana), el anterior presidente, Javier Monzón, fue cesado merced a una propuesta de Amber que contó con el inesperado apoyo de Telefónica.
Además de los nombramientos de Manuel Mirat y Carlos Núñez como ejecutivos, la junta también ha aprobado el de María José Marín como representante del gigante francés Vivendi, que se convirtió en socio industrial de Prisa a comienzos de 2021 al adquirir la participación de algo más del 7% que mantenía HSBC y ampliarla después hasta el 10% actual con otras compras.