La presión y la idea de que no hay más opciones se ha dejado de lado. El empresariado catalán quiere ser prudente, consciente de que la ampliación del aeropuerto de El Prat será muy complicada. El presidente de Foment, Josep Sánchez Llibre se ha acogido a la invitación del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, para formar una mesa de diálogo con todas las partes, lo que, por fuerza, exigirá tiempo, algo que el propio Sánchez Llibre ha admitido que escasea. Con prudencia, con la sensación de pedir permiso, el empresariado ha dejado claro en un acto multidudinario en Esade que quiere esa ampliación de El Prat, que facilita la inversión de Aena, pero sin estridencias, sin ninguna voluntad de herir sensibilidades.
Todos los actores han ofrecido sólidos argumentos para esa ampliación, pero también han exigido que se cumplan todos los requerimientos ambientales, con la idea de que se pacten con la Unión Europea. El exconsejero de Economía, Andreu Mas-Colell, que ha pedido a los suyos de Junts per Catalunya que sean conscientes de lo que se juega, ha ido más allá al pedir que haya “más protección que ahora” sobre las zonas mediambientales de El Prat que se verán afectadas, en concreto el área de La Ricarda.
Esperar al Govern
El tono ha sido muy diferente al del 4 de marzo, cuando ese mismo empresariado, y también bajo la batuta de Sánchez Llibre, reclamó un cambio de orientación, un “basta ya”, para que todas las administraciones públicas se centraran en la recuperación económica. Ahora “es otro momento, hay un nuevo Govern que se acaba de formar y se debe iniciar un diálogo”, han señalado fuentes empresariales a Crónica Global.
Ese “basta ya” lo ha recuperado Sánchez Llibre, en el acto de Esade, pero en el décimo puesto de una lista de diez en la que ha defendido diferentes argumentos para la ampliación de El Prat, con una defensa cerrada para que se llegue a un “acuerdo institucional, entre Aena, Generalitat, Ayuntamiento de Barcelona, ayuntamientos de El Prat y metropolitanos y la Comisión Europea”.
Oportunidad para las nuevas generaciones
El empresariado no quiere ahora aparecer como el gran dique frente al poder político, y busca una rendija para iniciar un tiempo nuevo. Pese a todo, el clima que se ha respirado en Esade ha sido de un cierto escepticismo. La apuesta se sitúa en la necesidad de trabajar para las “próximas generaciones”, como ha explicado el presidente del Círculo de Economía, Javier Faus, porque esa ampliación dará cobertura al aeropuerto hasta, por lo menos, 2040. Y es una oportunidad, con la inversión de Aena, que “no se puede desaprovechar”.
Las exigencias, los “basta ya”, --sólo con la boca pequeña por parte de Sánchez Llibre para señalar que “sigue vivo el espíritu del 4 de marzo”— se han dejado de lado. Lo que se espera es que el Govern de Pere Aragonès recoja el guante y se pueda negociar una salida “que sea buena y productiva para todos”, según el propio presidente de Foment.
Los equilibrios de la Cámara de Comercio
Todos los participantes han defendido la ampliación de El Prat en unos términos similares, con un mayor énfasis, por parte de la presidenta de la Cámara de Comercio de Barcelona, Mònica Roca, –impulsora de la petición inicial junto a Foment y RACC—en justificar esa ampliación si sirve para alcanzar nuevas rutas intercontinentales. Roca ha buscado un equilibro interno con el mundo independentista, con Junts per Catalunya y ERC, que defiende la necesidad de contar con los aeropuertos de Girona y Reus, con el convencimiento de que para las distancias cortas será suficiente con el transporte ferroviario. En cualquier caso, Roca, apoyada por el independentismo, ha defendido con contundencia la ampliación de la tercera pista de El Prat, en la línea de Javier Faus, que había rechazado minutos antes que el aeropuerto de Girona pudiera ser una alternativa, al pedir que los recursos se concentren en el aeropuerto de Barcelona.
Sin querer herir susceptibilidades, sin buscar ahora la bronca, el empresariado llama a la puerta del Govern para que esta vez reaccione: “Hay que dialogar, educadamente, pero tenemos poco tiempo, y nos deben escuchar”, ha sentenciado Sánchez Llibre.