El Puerto de Barcelona desbloquea más inversiones. La Autoridad Portuaria (APB) ha concedido a MSC la construcción y explotación de la nueva terminal de cruceros de la Ciudad Condal, un proyecto que el ayuntamiento rechazó de forma inicial.
Ha informado de ello hoy la APB, precisando que la decisión la tomó el consejo de administración de mayo. La luz verde a la iniciativa significa otorgar a la naviera con sede en Ginebra (Suiza) la autorización para construir y explotar una terminal de buques de recreo en el muelle adosado, a continuación de las actuales y junto a la que construye Carnival Corp.
Inversión de 33 millones
Según ha informado la Autoridad Portuaria, la nueva terminal de cruceros de Barcelona, una "estación marítima", tendrá una superficie total de 11.670 metros cuadrados distribuidos en tres niveles. La obra tiene un presupuesto de 33 millones de euros.
MSC la construirá y retendrá el derecho de explotación durante 31 años. Se prevé que la operadora complete la gigantesca obra en 2024.
Puerto: "Acuerdo con el ayuntamiento"
El Puerto de Barcelona ha recordado que el proyecto "está contemplado" en el acuerdo entre el ente de gobierno de la dársena y el Ayuntamiento de Barcelona. El pacto que se firmó en enero de 2018.
Con arreglo a este entente, la Autoridad Portuaria se comprometía a "reducir el número de terminales de cruceros" y las concentraba todas en el muelle adosado. El mismo protocolo preveía retirar todas las estaciones de buques de recreo del puerto ciudadano --las terminales norte y sur del muelle Barcelona-- con el objetivo final de abrir esta zona a la ciudadanía.
Rechazo a esta terminal... y al Hermitage
Cabe recordar que la construcción de una nueva estación marítima en la infraestructura generó fuerte rechazo del Ayuntamiento de Barcelona, que comanda Ada Colau (BComú). El gobierno local verbalizó su oposición a la inversión el pasado mandato, aunque finalmente firmó el protocolo de intenciones con la Autoridad Portuaria para alejar las terminales del centro y agruparlas en el muelle adosado. Defendió que era una buena alternativa para limitar la contaminación del municipio.
El pulso, ya zanjado, concluye cuando hay otro tuercebrazos sin resolver: la construcción de una subsede del Museo Hermitage en la zona de la Nova Bocana del Puerto de Barcelona. El Ejecutivo local ha vetado el proyecto, mientras que el ente que pilota Mercè Conesa lo ha autorizado.