El plan España 2050 presentado este jueves por el Gobierno, con una serie de líneas generales para la gestión del país en las próximas décadas, ha ahondado la inquietud que en el entorno empresarial han generado las últimas actuaciones del Ejecutivo, y acontecimientos como la reciente y actual crisis diplomática con Marruecos. Patronales y grandes corporaciones aprecian síntomas de inestabilidad y debilidad en el Gobierno, agravados por los resultados electorales en Madrid, y siguen sin descartar un posible adelanto de los comicios generales.
El contenido del mencionado plan, que avala varias de las líneas programáticas actuales del Ejecutivo en materia fiscal, laboral y medioambiental, ha sido recibido con frialdad por parte del sector empresarial, en el que ya causó extrañeza su anuncio, que se ha considerado, en líneas generales, como inoportuno y extemporáneo, especialmente dado el contexto en el que se produce.
Reformas urgentes, aún pendientes
Así, en círculos relacionados con las grandes corporaciones ha llamado la atención el hecho de que el Gobierno se vuelque en un programa a tan largo plazo cuando aún tiene por resolver reformas consideradas mucho más urgentes tanto por su hondo calado como por la relación que guardan con la llegada de los fondos europeos, a los que todos señalan como la clave para impulsar la recuperación tras la crisis provocada por el coronavirus.
Asuntos como la reforma de las pensiones o la derogación de la última reforma laboral, a contracorriente de lo que exige la Comisión Europea, permanecen aun varados en un debate que no termina de resolverse y en el que la sensación de los empresarios es que no se les está teniendo en cuenta.
La factura de Europa
La estrategia fiscal, con una anunciada subida de los impuestos, también en dirección opuesta a la mayoría del resto de socios comunitarios, inquieta a los empresarios de forma parecida a los vaivenes y diversas versiones que el Ejecutivo ha manejado sobre el documento de reformas remitido a Bruselas.
“Esto no nos beneficia, da una imagen de un Gobierno un tanto desnortado. En Europa, detalles como esos pasan factura”, apuntan desde fuentes próximas a la CEOE, que además estiman que las sensaciones emitidas por Moncloa en este sentido se han acentuado desde las elecciones autonómicas en Madrid, en las que el PSOE obtuvo un resultado peor del previsto, hasta el punto de que ni siquiera pudo ser la segunda formación más votada, al ser superado de manera inesperada por Más Madrid.
Golpes de efecto
“El problema no ha sido tanto el retroceso de los socialistas sino que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se implicó demasiado en las elecciones y el resultado final ha sido interpretado como una grave derrota suya”, señalan otras fuentes. “A partir de entonces, y como consecuencia de la crisis en su aliado en el Ejecutivo, ha ido en busca de golpes de efecto, que le permitan permanecer en el poder lo máximo posible. Pero ahora mismo, esto no es lo que necesita el país”.
En este sentido, no han faltado quienes han visto en algunas de las medidas incluidas en el plan España 2050 algunos guiños dirigidos precisamente a la formación que lidera Iñigo Errejón, con el fin de sumar apoyos en el caso de que no fuera posible sostener la coalición con Unidas Podemos tras el abandono de la política de su antiguo líder y exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias.
Crisis diplomática
Entre ellas se encuentra la reducción de la jornada laboral, un asunto en el que Más País, el partido de Errejón, ha trabajado hasta el punto de recibir un encargo del Congreso de los Diputados para proceder a su estudio.
La situación que se ha dado durante los últimos días en el paso fronterizo con Marruecos de Ceuta, con la llegada masiva de inmigrantes consentida por el país vecino, ha terminado por dibujar el panorama, a vista de los empresarios, de un Gobierno débil e inestable, en un contexto especialmente complicado para la situación económica y en el que el país se juega precisamente gran parte de ese futuro que se pretende diseñar a 30 años vista.
Más incertiudmbre
Como ya sucediera con la convocatoria inesperada de elecciones en Madrid y la crisis de Gobierno que provocó la salida de Iglesias para concurrir en esos comicios, el entorno empresarial sigue con las alertas encendidas ante un posible escenario de elecciones anticipadas.
Un elemento que genera también preocupación porque no haría sino añadir más incertidumbre y provocaría una inevitable parálisis institucional en un momento nada adecuado para ello.
Ausencias y presencias
En la presentación del plan destacó la ausencia de varios de los principales ejecutivos de grandes compañías, como los presidentes de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri; ACS, Florentino Pérez; Santander, Ana Botín, o Ferrovial, Rafael del Pino (estos dos últimos coincidían a la misma hora en Santander con motivo de la inauguración de las obras de la histórica sede del banco en la capital cántabra). Tampoco asistió el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, aunque sí se dieron cita los de Iberdrola, Ignacio Galán; y Telefónica, José María Álvarez-Pallete.
Fuentes empresariales desligan estas ausencias del clima de preocupación descrito y recuerdan que en otras citas similares sí han hecho acto de presencia junto al presidente del Gobierno. “No es un asunto de gestos, sino de hechos; especialmente, de los que no se ven ni se les espera”.