Los expertos económicos miran con lupa los diferentes índices para asegurarse de que la recuperación es un hecho. Y constatan que los empresarios toman sus decisiones y la planificación de inversiones al margen del bloqueo político que se ha instalado en Cataluña, con negociaciones eternas entre Junts per Catalunya y ERC. Pero también sin tener en cuenta las elecciones en la Comunidad de Madrid y las posibles dudas que se pudieran generar, a pesar de la victoria clara del PP.
Al margen de las cuestiones psicológicas, que son esenciales en la marcha de la economía, los empresarios han comprobado la solidez de algunos sectores como el industrial, que se plasma en el índice de compras del sector manufacturero (PMI) que elabora IHS Markit. En abril se situó en 57,7 puntos, que es el nivel máximo desde diciembre de 1999. Es lo que apunta Funcas en las últimas semanas, al considerar que la salida de la crisis, en sectores muy concretos y a la espera del conjunto del sector servicios y del turismo, es ya un hecho.
El Índice IESE de incertidumbre económica es otro referente. Lo elabora el profesor de la escuela de negocios Miguel Ángel Ariño a partir de diversas referencias internacionales y nacionales. Y en abril el índice bajó 18 puntos, hasta situarse en 75 en una escala que oscila entre 0 y 200. La incertidumbre ha caído en todos sus componentes, con especial atención a la deuda española y al tipo de cambio entre el euro y el dólar, fundamental para el sector industrial y para las exportaciones españolas.
Punto de inflexión
La interpretación del propio IESE es que ese índice muestra que ya se habrían amortizado, por parte de los empresarios y del conjunto del tejido económico, las consecuencias económicas de la pandemia del Covid. Pero también las derivadas de una situación política marcada por el bloqueo en Cataluña, y por una disputa con pocos precedentes en la Comunidad de Madrid. A juicio de Ariño, el factor político “no está afectando a la incertidumbre económica, al menos en el mes de abril”.
En el caso del índice PMI, esa cota de 50 marca un punto de inflexión. A partir de esa marca, a juicio de los expertos consultados, se espera un crecimiento claro. Se trata de pedidos, de demanda que, después, se deberá satisfacer. En ese momento podría llegar otro problema, como un cuello de botella que genere, a corto plazo, un aumento de la inflación pero que, en todo caso, anticipa un crecimiento económico y la voluntad de empresas y de particulares de consumir y de gastar. Un empresario consultado señala que se ha encarecido toda la cadena de valor, "desde las materias primeras hasta el transporte", pero que esa inflación a corto plazo dará paso a un crecimiento sólido a medio plazo.
La industria, al frente
En el caso de Cataluña, ese índice es particularmente importante al presentar una economía más centrada en la industria, sin menoscabo del turismo, que ha llegado a ser también esencial. Ha sido la Cámara de Comercio de Barcelona la que ha señalado que la industria podría recuperar en breve la actividad hasta el nivel previo a la pandemia del Covid.
Respecto al Índice del IESE los elementos que se someten a escrutinio guardan una relación más estrecha con la estabilidad de España en los mercados internacionales. Se estudia la tasa de cambio dólar-euro; el precio del barril de petróleo Brent; la cotización del Ibex 35 y la rentabilidad del bono español a diez años. Se trata de magnitudes que muestran un ancla con la Unión Europea, pero que con la anterior crisis, la de 2008, se comportaron de forma muy distinta.
¿Quién gestionará los fondos europeos?
La recuperación ha comenzado, gracias a la campaña de vacunación y a la eliminación, precisamente, de incertidumbres. La paradoja es que uno de los mayores problemas, en cualquier país, viene marcada por la falta de un gobierno. No es el caso de Cataluña. Sin Ejecutivo autonómico, y con unas negociaciones entre Junts per Catalunya y ERC que siguen en el aire, los índices muestran que la economía puede remontar en los próximos meses con cierto vigor.
Pese a ello, fuentes empresariales insisten en que “no es admisible” que no se pueda constituir un nuevo gobierno al frente de la Generalitat, porque una de las principales tareas que deberá asumir es la gestión de los fondos europeos y una cierta planificación a medio plazo sobre los principales proyectos que se deberían implementar, como la energía renovable o todo lo relacionado con la biotecnología o la industria del automóvil.