Restaurantes y locales de ocio nocturno de las zonas costeras de Cataluña han expresado su gran preocupación por la avalancha de visitantes que esperan este fin de semana y que se van a encontrar sin servicio de restauración desde las cinco de la tarde.
Desde el sector, prevén que la movilidad puede llegar a cifras similares a las que había antes de la pandemia de Covid pero alertan de que la insuficiente oferta de restauración y la inexistencia de ocio nocturno legal en las poblacional del litoral provocarán que se celebren reuniones en lugares inseguros y sin control, situación que sin duda propiciará un incremento de los contagios. “El 70% de los contagios derivados del ámbito social se producen en reuniones de amigos y familiares, pero la Generalitat no lo tiene en cuenta y sigue aplicando restricciones que fomentan estas prácticas clandestinas”, advierte en un comunicado la Federación Catalana de Asociaciones de Actividades de Restauración y Musicales (Fecasarm).
Cifras pre-pandemia
Diversas asociaciones de restauración y ocio nocturno de diferentes localidades turísticas catalanas denuncian la falta de oferta legal que espera a los miles de visitantes que recibirán sus localidades este fin de semana. Según el Servicio Catalán de Tráfico, se prevé que este viernes se desplacen 930.000 vehículos, sólo un 5% menos que un viernes habitual antes de la aparición del coronavirus.
Eduardo Abenójar, presidente de la Asociación de Restauración y Ocio Nocturno de Salou, denuncia que cuando la gente llegue a la población de la Costa Dorada “se encontrará con todos los bares, restaurantes y locales de ocio nocturno cerrados y, al margen de la imagen deplorable que daremos, todo el mundo optará por reunirse en lugares inseguros, como domicilios particulares o la playa, y las cenas entre no convivientes, fiestas ilegales en apartamentos y botellones estarán a la orden del día”. “Todo esto mientras nuestros locales, con medidas sanitarias y con medidas de control se siguen arruinando”, añade con una comprensible indignación.
Un aliado
Por su parte, el presidente de la Asociación de Restaurantes, Tavernas y locales de ocio nocturno de Palamós, Jordi Rissech, expone que "es urgentísimo que la Generalitat reflexione y vea en los locales de restauración y ocio nocturno un aliado para hacer frente a las reuniones y encuentros ilegales". El representante patronal ha denunciado que "es del todo injusto que nuestros empresarios tengan que responder de la cifra de contagios con su ruina económica, por lo que reclamamos reabrir las actividades para cenar hasta al menos las 23 horas, ya que el virus no se transmite más por la noche que de día pero sí lo hace en los encuentros ilegales".
Por último, Jordi Diaz, presidente de la Asociación de Hostelería, Restauración y Ocio de Castell-Platja de Aro y S'Agaró, asociación también adherida a Fecasarm, ha manifestado que la Generalitat "está desaprovechando la oportunidad de utilizar nuestros locales como cortafuegos de los contagios, por lo que en lugarde cerrar a las 17 horas debería vernos como parte de la solución". Desde su punto de vista, "nuestros locales, con medidas de control, son muchos más seguros para la cena que los sitios no adecuados donde se reunirán todos los que vengan a nuestra localidad”, afirma.
Cabezas de turco
La patronal catalana más representativa de la hostelería y el ocio nocturno lamenta que el Govern siga apostando por medidas que sólo conllevan la ruina económica para su sector. “Seguimos acusando a la Generalitat de haberse acomodado y aprobar de manera sistemática medidas desfasadas, arbitrarias, despropocionades, ineficaces, incoherentes, discriminatorias y contraproducentes que están llevando a miles de familias a la ruina". Fecasarm, además, recrimina a las insituciones que no se esfuerzan en "buscar fórmulas que hagan compatible la viabilidad económica de las empresas y la protección de la salud de las personas".
Joaquim Boadas, secretario general de Fecasarm, denuncia "la pasividad y la poca empatía de la Generalitat con dos sectores abandonados y que son las cabezas de turco de la mala gestión y de la inacción de la Administración, cuando lo que debería hacer es innovar y aprovechar los locales legales para reducir los contagios imponiéndoles más medidas sanitarias y de seguridad y controlar su aplicación”. "En las fiestas ilegales, cenas de amigos y familiares en lugares sin ningún control, o en lo botellones la gente ni siquiera usa la mascarilla ni guarda la distancia, sino que se amontonan y beben de la misma botella y comparten los cigarrillos”, avisa el dirigente patronal.