“Papá Musk”. A los más grandes, a los que están en la cúspide, les gusta jugar a revolucionarios, a ser disruptivos y provocar grandes sorpresas. A falta de revoluciones reales, se divierten con algunas argucias. Y es lo que ha hecho Elon Musk, el CEO de Telsa, que se ha unido esta semana a pequeños inversores, a través de plataformas por Internet, que han querido dar un susto a los hedge funds, a los grandes inversores. Agrupados bajo el nombre de WallStreetBets de Reddit, mencionan al hombre más rico del mundo como Papa Musk, y entre todos han jugado con la empresa GameStop, que ha subido como la espuma, y que ha podido salir de las garras de los más grandes, que estaban especulando con posiciones a corto, algo que provoca enormes distorsiones en los mercados cada cierto tiempo.
Robert Casajuana, asesor y agente financiero con una larga experiencia en la City de Londres da cuenta del fenómeno, al destacar que en los últimos cinco días lo más leído en el servicio de Bloomberg para profesionales ha sido ese fenómeno sobre GameStop, que es la comidilla de todo el sector, y que lleva a Casajuana a señalar que es “necesaria una regulación clara”. Porque los pequeños inversores también pueden sufrir enormes pérdidas y arruinar muchas vidas si el juego prosigue.
¿Democratización del sistema?
De hecho, todo es consecuencia de una “democratización” de la inversión. Los libros sobre cómo invertir desde casa, cómo engancharse a plataformas con sede en Chipre o en Malta, que permiten jugar por Internet como si se estuviera en un casino, proliferan por todos los rincones del planeta. Son una especie de manuales que escriben, incluso, algunos protagonistas de esas inversiones: a los que les ha ido bien, claro.
El fenómeno ha llegado al propio presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, a quien los periodistas le han preguntado ya sobre qué se debe hacer con casos así. Pero, ¿qué ha pasado?
Especular a corto
Los profesionales del sector llaman a ese juego cornering, que también se conoce como “estrangular al oso”. Se trata de acumular acciones, que se consiguen a través de un enorme “apalancamiento”, como recuerda Casajuana, --de ahí el peligro si la cosa funciona mal—con el objetivo de manipular el precio del mercado, llevándolo a posiciones alcistas. De hecho, en este caso, el de GameStop, ha sido como una reacción para salvar al débil, porque los grandes fondos jugaban a corto, con la idea de hacer caer a la empresa, de forma definitiva, y ganar mucho dinero con ello.
Es lo que sucedió con la crisis financiera y económica de 2008, provocada por las subprime en Estados Unidos. Michael Lewis lo explicó de forma magistral en La gran apuesta, un libro que se llevó al cine en 2015, y que dio a conocer cómo se pueden amasar enormes cantidades de dinero apostando al fracaso de una determinada operación. Lewis recuerda que “eran unos cuantos inversores y analistas inteligentes que habían comprendido lo que estaba pasando, pero no dijeron nada, paralizados por el miedo y las posibles ganancias”. Y es que se habían dado cuenta del riesgo que suponía dar por sentado que los precios del sector inmobiliario seguirían siempre al alza. Lo vieron y se aprovecharon.
Unas pérdidas gigantescas
Con GameStop esos pequeños inversores se han impuesto, con la ayuda de Musk, que quiso ser gamberro, a grandes profesionales de la inversión, como Citron y Melvin, que acabaron retirando sus apuestas bajistas con enormes pérdidas sobre el valor de la acción. La empresa, un valor del comercio minorista de videojuegos a la baja, podía ser un buen bocado. Pero los grandes inversores se han dejado hasta 19.150 millones de dólares por el camino.
Si apuestas a que la acción bajará, y esta, en cambio, no deja de subir, porque hay quien compra, aunque sea también por un proceso de apalancamiento enorme, entonces tienes pérdidas. Los fondos se “pusieron cortos”, como se conoce en el sector, esperando que la acción, que se situaba en 40 dólares, descendiera a 20 dólares, pero no dejó de subir en las últimas semanas, hasta un 1.700% más.
Un peligro para todos
La satisfacción, claro, para esos pequeños inversores, ha sido enorme. Casajuana, sin embargo, insiste en que se ha permitido un sistema que, aparentemente, democratiza la inversión, pero supone un riesgo para ellos mismos y para todos. “En España también se debería analizar, porque esos apalancamientos pueden resultar un desastre, y se trata de plataformas que operan desde Chipre o Malta”, y que no ofrecen, a juicio de este inversor, una gran transparencia.
Pero lo que ha mostrado esa operación es la volatilidad de los mercados, que desde hace años se han convertido en un gran casino, con compras y ventas que se pueden realizar sólo porque previamente se toma dinero prestado. Es un juego que provoca la subida o la bajada de una acción, de forma brusca y que deja a muchas empresas a la intemperie.
¿Jugar en Forocoches?
Musk, que conoce el sector, se ha sumado a esos revolucionarios, y se permite otras licencias, como colocar en su perfil de Twitter la palabra Bitcoin, provocando una subida del valor de hasta un 20% de la moneda digital. Todo se ha convertido en un juego, desde el momento en el que alguien con muchos recursos puede apuntar hacia un determinado valor en los mercados.
La diversión se trasladó a España, aunque sólo como un anuncio para provocar “unas risas”. Si el grupo de inversores de Reddit había puesto contra las cuerdas a los grandes, Forocoches jugaba con la idea de invertir a corto pensando en las acciones de Prisa. “Si nos organizamos una docena de miles de shurs dispuestos a meter un par de miles (que en muchos casos de multiplicarían) podríamos hacerlo, la acción está en la mierda (97 céntimos), si nos ponemos a hacer cortos como gilipollas las risas podrían ser gordas. Básicamente sería lo mismo que Reddit, pero al revés, buenas risas serían”, señalaban en el foro en tono tosco.