La oferta por el 22,7% de Naturgy presentada por el fondo australiano IFM modificará la estructura accionarial de la compañía energética. El grado de aceptación de los accionistas determinará las modificaciones, aunque al tratarse de una opa parcial, las sumas y restas resultan algo más complicadas de lo habitual.
Lo que no cambiará será el peso de GIP y Rioja, que mantendrán intactas sus participaciones, ya que se han comprometido a no acudir a la oferta. De este modo, ambas entidades seguirán aglutinando de forma conjunta una participación en torno al 41,5%.
De este modo, la oferta se dirige al 59,5% del capital restante, incluido Criteria, primer accionista, con una participación cercana al 25%, y que aún no se ha pronunciado al respecto.
La normativa sobre opas prevé un mecanismo de distribución de acciones para los casos en los que el número de títulos que acuda a la oferta sea superior al que el oferente ha establecido como máximo para comprar. En virtud de este sistema, se procede en primer lugar a un reparto lineal de un 25% de las acciones que se incluyen en la oferta, en este caso 55 millones, entre cada uno de los accionistas que la acepten.
Distintos escenarios
Posteriormente, los títulos sobrantes (es decir, al menos 165 millones) se distribuyen en función del peso de cada accionista en el capital.
De esta forma, en el supuesto de que la totalidad del 59,5% del capital al que se dirige la oferta acudiera a ella, la composición del accionariado de Naturgy cambiaría de forma notable. IFM pasaría a ser el primer socio, con el 22,7% que habría logrado adquirir en la operación. Mientras, Criteria reduciría su peso hasta el entorno del 14%.
Este caso extremo (en la práctica es imposible la aceptación universal de una opa) llevaría a Criteria a conservar el mayor número de acciones posible dentro de los escenarios que contemplan que acude a la oferta con toda su participación. A partir de aquí, cuantas menos acciones acudieran a la opa, mayor sería el porcentaje que el brazo inversor de La Caixa podría colocar (hasta llegar al otro extremo, también harto improbable, de que fuera el único socio en aceptar la operación propuesta por el fondo australiano, en cuyo caso saldría por completo del capital).
Sin ir más lejos, si fuera Sonatrach el único socio con participación significativa que optara por no aceptar la oferta, la participación de Criteria se quedaría por debajo del 11%
Lo que parece probable es una aceptación masiva por parte de los minoritarios, dado el atractivo del precio y el hecho de que la acción viene de sus mínimos en los últimos ocho años como consecuencia del desplome de los mercados por la crisis del coronavirus. Precisamente, los efectos económicos de esta crisis también pueden funcionar de estímulo para que los accionistas aprovechen la ocasión para obtener algo de liquidez.
Esta circunstancia acerca la posibilidad de que IFM alcance el objetivo mínimo del 17% al que está condicionado el éxito de la opa (aunque se puede retirar hasta última hora). A partir de ahí, Criteria tiene la llave. De su decisión dependerá un posible vuelco en el capital o una compañía con nada menos que cuatro socios de referencia de primer nivel y con participaciones muy similares, en el entorno del 20%.