Foment del Treball marca el terreno de juego, pero ha decidido no presentar el recurso judicial contra el aplazamiento de las elecciones. El empresariado entiende que su papel ha quedado claro y prepara para las próximas horas un duro comunicado contra el Ejecutivo catalán por “jugar con la economía”, y llevar el país a la parálisis. Sin embargo, y tras los diferentes recursos que ya se han presentado ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), por parte de diferentes fuerzas políticas --hasta tres recursos y el de un particular que pide medidas cautelarísimas-- la patronal ha decidido no ir hasta el fondo.
La decisión, tomada en la ejecutiva de Foment, no ha llegado a tomarse en consideración a través de una votación. Ha sido Josep Sánchez Llibre quien, tras una larga intervención, ha señalado que la misión ya se había logrado. Desde el pasado viernes, y tras conocer la decisión del Ejecutivo catalán, el empresariado --Foment y Pimec-- han marcado el terreno, logrando el apoyo unánime también de los agentes sociales, UGT y CCOO, totalmente en contra de que se aplacen unas elecciones convocadas inicialmente para el 14F.
¿Cómo aprobar los presupuestos?
La presión contra el Govern, para que ponga en marcha el país, se mantendrá, pero ya sin un recurso frente al TSJC, al entender que la decisión será inmediata. Este mismo martes se pronunciará. Con los tres recursos presentados, dentro del ámbito estrictamente político, Foment da un paso atrás para recolocarse como el gran representante del tejido económico, pero sin esa intervención en el campo político.
Entre las intervenciones en la ejecutiva de Foment se ha destacado que el gran problema será cómo funcionar sin presupuestos, pero no ya para este año, sino para 2022, teniendo en cuenta que si las elecciones se celebran el 30 de mayo, con las necesarias negociaciones posteriores, la formación de gobierno se complicará mucho, y no habrá tiempo para cerrar unas nuevas cuentas de la Generalitat antes de que acabe el año.
A la espera del TSJC
El cabreo es “monumental”, la sensación de que Cataluña funciona sin ninguna directriz política y de que el Gobierno independentista está agotado y con pugnas internas entre los dos socios independentistas, que impiden impulsar políticas a medio plazo, las que se necesitan para aprovechar bien los fondos europeos.
Esa actitud del Ejecutivo que dirige Pere Aragonès ha dejado perplejos a los empresarios, que han logrado un gran acuerdo con los agentes sociales. Entre Foment, Pimec, UGT y CCOO se ha producido una unión de intereses, con el objetivo de colaborar de forma estrecha y ya al margen del Govern, que se muestra incapaz.
La esperanza ahora es que el TSJC, con los tres recursos presentados por la Lliga Democràtica, Federalistes d’Esquerres y un particular, acabe fallando a favor de realizar los comicios, y se pueda formar un nuevo gobierno en menos de tres meses.