La retirada de Nissan de Cataluña impactará a otras 78 plantas en Barcelona, de las que 23 aseguran encontrarse ante un alto riesgo de cierre. Aunque no es ninguna sorpresa que la marcha del fabricante de coches japonés puede desatar una grave reacción en cadena en el panorama industrial catalán, un nuevo estudio de la Diputación de Barcelona pone cifras a este posible efecto dominó.
La administración provincial ha estimado en 14.000 los empleos que podrían verse afectados por la desaparición de Nissan y la crisis del sector. Un golpe que podría sacudir el tejido industrial de hasta 37 municipios, según el informe. La Diputación se ha comprometido a invertir 1,2 millones de euros en medidas que puedan mitigar los efectos del cierre.
Posibles inversores
Administraciones y sindicatos están en busca de una empresa que retome la producción en la fábrica de la Zona Franca cuando Nissan se retire. El principal proyecto es el de un fabricante de baterías eléctricas que estaría interesado en la planta. De hecho, la ministra de Industria, Reyes Maroto, anunció el mes pasado que planea incluirlo en el plan español para los fondos europeos de recuperación.
Desde Comisiones Obreras, aseguran que esta opción se les han transmitido “extraoficialmente”, pero que todavía no hay nada concreto sobre la mesa. “No sabemos si son proyectos serios, queremos un proyecto industrial grande de país, que garantice el empleo, que esté un tiempo con nosotros”, afirma Miguel Ángel Boiza, secretario general de CCOO Nissan.
Siguen las negociaciones
Con respecto a la llegada de un inversor, Boiza señala que “vemos a las administraciones con cierta garantía, pero tenemos nuestras dudas”. Es más, cree que “suena raro” que haya tanto interés en la planta en plena crisis por el Covid-19. La próxima reunión entre empresa, gobiernos y sindicatos se celebrará este jueves, y la plantilla espera que se empiecen a concretar las posibilidades de reindustrialización.
Las patronales no forman parte de estas negociaciones, aunque han trasladado sus propuestas a los responsables políticos y ven con buenos ojos la solución de las baterías eléctricas. “Podría ser una buena línea para potenciar la movilidad”, opina Àngel Hermosilla, gerente del Área Institucional de Pimec.
Un plan para el motor
Hermosilla apunta también a las inversiones que vendrán con el plan de choque para la automoción que se está terminando de acordar. Se espera que la hoja de ruta pueda ser presentada a fin de año y ejecutada en 2021. En cuanto al sucesor de Nissan, son varias las opciones barajadas. Fueron incluso objetivo del expolítico convergente David Madí, quien intentó sacar partido de una operación para traspasar las instalaciones a la automovilística Rivian.
Nissan indicó inicialmente su voluntad de retirarse el próximo junio, aunque se ha abierto a posponer el cierre si existe un acuerdo satisfactorio para las partes. En cualquier caso, la alternativa industrial debe materializarse en los próximos meses. De ello depende el futuro de miles de trabajadores.