La pandemia acelera un proceso que ya estaba en marcha, pero que no se quería admitir del todo. Los tipos de interés altos forman parte de la historia, y lo que viene, de forma “estructural”, es un periodo con muy bajos tipos de interés, en algunos momentos negativos, que pueden llevar al conjunto de la economía europea a la “japonización”, como expresa el economista José Carlos Díez.
Ha sido, sin embargo, el propio secretario del Tesoro y de Financiación Internacional, Carlos San Basilio, quien ha dado cuenta de ese fenómeno, con la idea de que será “difícil volver a una crisis de deuda pública con escenarios de tipos altos, en los próximos tres, cinco o seis años”. Esa tónica se podría alargar, hasta una década, y después, todo lo que pueda ocurrir, a su juicio, es ya “economía ficción”.
Sin patrones
Se han roto los patrones, se olvida la ortodoxia y los bancos centrales han tomado las riendas de la situación, bajando tipos, pero sin visos de que esa política pueda provocar un rebote que genere un mayor dinamismo en la economía.
San Basilio, en una comparecencia ante la Comisión de Presupuestos del Congreso, ha incidido en que para la deuda española se trata de un buen escenario, porque permitirá financiarla en los mercados, teniendo en cuenta que puede ascender, sólo este año, hasta el 120% en relación al PIB. Lo que se plantea ahora, con un periodo de bajos tipos, como algo estructural, es revisar esa referencia a la que se obligó la Unión Europea para respetar una deuda que no excediera del 60% del PIB. “Todo esto hace que se revisen los planteamientos de sostenibilidad”, añadió.
¿Mejor o peor para la deuda española?
Para la deuda, claro, supone un alivio. Pero también puede ser contraproducente. Unos tipos de interés más altos provocan inflación, y la inflación resta valor a la deuda, que se puede pagar con mayor comodidad. En todo caso, San Basilio ha insistido en que la deuda pública española “es de clara sostenibilidad”, aunque haya alcanzado el 118,8%, desde el 95,5% previo al inicio del parón económico por la pandemia.
Las garantías son claras: el firme propósito de la Comisión Europea y el papel del Banco Central Europeo. Con ello, España ha llegado a reducir los intereses medios de su deuda del 5% de los primeros años 2000, y del 4% en 2011, a estar por debajo del 2%, un porcentaje que “no se interpreta como factor coyuntural”.
Un coste de unos 30.000 millones
¿Qué supone eso? En términos absolutos, el coste de los intereses del Estado “se viene manteniendo de forma estable” en torno a los 29.000 y 31.000 millones de euros, algo que se considera “compatible” con una senda de “consolidación a medio y largo plazo”.
¿Pero qué supone como lección para la economía europea? El economista José Carlos Díez considera que se ha entrado en una fase muy similar a la de Japón, un país que ha crecido muy poco en el último decenio, con una enorme atonía, a pesar de los incentivos de política monetaria y fiscal inyectados por el Gobierno japonés. Se entra en una “espiral” en la que cuesta levantar el vuelo, al margen de lo que se intente desde el poder público.
Ahorra en una cuenta, ¿para qué?
La otra gran cuestión es que el sector privado, el que representan los bancos, ven mermada su capacidad de actuación, con apenas márgenes de negocio. El consejero delegado de Blackrock, Larry Fink, lo expresó en el foro Santander International Banking Conference: “Cuando los tipos de interés son bajos durante mucho tiempo, el coste de las obligaciones futuras aumenta y eso es un problema". A su juicio, esos tipos de interés bajos perjudican mucho a los bancos, pese a ganar dinero ahora con las distintas operaciones. “Los bancos ganan mucho con las operaciones pero, en el fondo, son como los ahorradores: mucho tiempo a bajos tipos es negativo. No entiendo que haya tipos bajos en Europa, pero menos aún que los europeos sigan con su dinero metido en una cuenta bancaria. En Europa se considera prudente meter el dinero en una cuenta bancaria y lo considero algo muy desafortunado", señaló.
¿Quién puede animar el cotarro y romper esa tendencia, que el Tesoro español ve como algo casi inevitable? La fuerza de la Reserva Federal de Estados Unidos puede ser determinante. El Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC por sus siglas en inglés) de la Reserva Federal ha decidido mantener sin cambios los tipos de interés, y los deja en un rango entre el 0% y el 0,25%, el nivel más bajo posible, porque no desea, en ningún caso, situar tipos de interés en negativo.
Pero señala como objetivo que la inflación aumente por encima del 2%, que ha sido siempre su objetivo. Si se consigue por un tiempo, de forma “moderada”, se podrá llegar a esa media del 2%. Y es que, a pesar de las advertencias del sector financiero e inversor, de algunos especialistas, de que la política de los bancos centrales iba a generar inflación, ésta brilla por su ausencia. Ni ha ocurrido en Europa ni en Estados Unidos, y esa inflación es esencial para provocar una salida de la crisis, generando expectativas de futuro.