El oncólogo barcelonés y vicepresidente ejecutivo de la farmacéutica AstraZeneca, Josep Baselga, ha advertido este miércoles de que “tendremos un otoño y un invierno durísimo para todos” con respecto a la epidemia de coronavirus. Con todo, ha asegurado que “a partir del año nuevo” estarán disponibles parte de las vacunas y anticuerpos que “cambiarán de un modo radical la enfermedad”.
En una ponencia durante el XIX Congreso de Directivos CEDE, el experto ha señalado que los últimos datos reflejan que la mortalidad “baja de un modo evidente en España”. Entre los motivos que baraja, se encuentra la menor edad de los pacientes y el menor nivel de carga vírica. “Hoy más del 90% de los pacientes con fallo respiratorio salen del hospital vivos. Los médicos también han aprendido a tratar mejor la enfermedad”, ha subrayado.
Proveedor de vacunas a España
La británica AstraZeneca es una de las farmacéuticas que lidera el desarrollo de una vacuna contra el Covid-19 en colaboración con la Universidad de Oxford. De hecho, el Ministerio de Sanidad ha acordado con la firma la distribución de más de 31 millones de dosis en España entre diciembre de 2020 y junio de 2021.
Según datos reportados por Baselga este miércoles, de las 170 vacunas en desarrollo, hay 10 en fase tres, equivalente al paso final. “Hemos pulverizado cualquier tipo de récord. El periodo normal es de 10 años y estamos en la última fase en menos de nueve meses desde el inicio de la pandemia”. Así, el también presidente de Oncología I+D de AstraZeneca ha explicado que su vacuna ha ofrecido una respuesta inmunológica en las fases anteriores “tanto o más potente que la registrada en pacientes que han tenido la enfermedad”.
Los anticuerpos, claves contra la pandemia
Pese a que ha evitado “ser optimista”, Baselga ha considerado que será en 2021 cuando se produzca un vuelco en cuanto al impacto de la enfermedad. Una de las claves la sitúa, más allá de la vacuna, en la creación de anticuerpos que permitirán combatir los síntomas y prevenir hospitalizaciones. También estos se encuentran en fase tres de desarrollo.
Con todo, el experto se ha mostrado crítico en cuanto al número de pruebas realizadas para controlar brotes de la pandemia. “En un mundo ideal se debería hacer pruebas de covid por lo menos una vez por semana y en aquellos casos con síntomas, cada día", ha explicado, "además, tendríamos que tener un mínimo de dos test negativos antes de que los pacientes se puedan librar de su aislamiento”. Solo con estas precauciones, de muy difícil asunción por parte de los sistemas santiarios, se podría controlar de forma correcta la expansión del coronavirus.