La cúpula de la cadena de panaderías Granier, entre ellos su dueño Juan Pedro Conde, tendrá que declarar por un presunto delito de estafa. Y es que 17 de sus franquiciados les acusan de tener "negocios ruinosos y absolutamente inviables".
El administrador único --Conde-- y el resto de directivos acudirán al juzgado de instrucción 49 de Madrid el próximo martes a las 10:30 horas. Se trata de una investigación por delitos de estafa y falsedad documental
que arrancó en 2017 tras la denuncia de uno de los franquiciados, a las que se han unido 16 más.
Primeras declaraciones
Aquel año, la causa fue archivada por entender que los hechos no eran constitutivos de infracción penal pero en septiembre de 2018 la Audiencia Provincial de Madrid ordenó reabrir el caso, si bien las primeras declaraciones no han llegado hasta ahora, dos años después.
Los franquiciados, según recoge el auto por el que se reabre el procedimiento, denuncian que Granier "les ha engañado para que acometan un negocio absolutamente inviable, haciéndoles creer en una rentabilidad inexistente, que ha dado lugar a que todos ellos sufriesen inmediatas pérdidas, por no existir en realidad plan de negocio alguno".
"Negocio ruinoso"
En su opinión, la cadena de panaderías capta a sus franquiciados por medio de engaño, a fin de "conseguir que entren en un negocio ruinoso desde el principio", ya que se benefician de las cantidades inicialmente entregadas por las tiendas y de las compras de mercancías que se ven obligados a realizar a la empresa desde el primer momento.
De esta forma, aseguran los denunciantes, "todos los franquiciados entran desde el principio en una espiral de pérdidas de la que es imposible salir al no generar el negocio, en ningún caso, beneficios suficientes para hacerles frente, por no existir ningún plan de negocio real".