Glovo pone en marcha un programa social para recuperar reputación. La tecnológica ha iniciado Access, una iniciativa para colaborar con oenegés, administraciones y fundaciones para que éstas utilicen su plataforma para desempeñar su labor.
Lo ha anunciado Sébastien Pellion, el director de Sostenibilidad e Impacto Social, que ha desgranado los datos de Glovo Access, un proyecto que busca "que la tecnología pueda servir de puente a la ayuda social". El objetivo de la startup, ahora un unicornio tras superar los 1.000 millones de valoración, aspira a que el 10% de los repartos de la compañía se destinen a personas de colectivos vulnerables.
"Colaboración público-privada"
El directivo ha recordado como en las últimas semanas de confinamiento y desescalada, Glovo se adaptó para "trabajar en la estrecha cooperación entre entidades público-privadas y así paliar los efectos de la pandemia en la sociedad y ofrecer nuestra ayuda allá donde fuera necesaria".
Con esos mimbres, la tecnológica lanza Access, su programa social que persigue dos objetivos: entregar el máximo de menús solidarios y apuntalar la logística en situaciones de emergencia.
Mazazo del Tribunal Supremo
El brazo de responsabilidad social corporativa (RSC) de Glovo se presenta pocos días después de que la tecnológica encajara un mazazo en el Tribunal Supremo. El alto tribunal concluyó que el contrato de autónomo vinculado de un repartidor era fraudulento, por cuanto éste debía haber sido contratado por cuenta ajena.
La sentencia tiene efectos porque sienta el primer precedente sobre la política laboral de la compañía, cuestionada por procedimientos judiciales de oficio lanzados tras actuaciones de la Inspección de Trabajo y denuncias de repartidores.