En los hoteles, la habitación ya no es el producto principal, sobre todo en el contexto Covid-19. En un momento con baja presencia turística en las ciudades, el sector se reinventa con una nueva estrategia: abrirse a los ciudadanos locales. Tendencias como la popularización de terrazas, restaurantes abiertos al público general y el reclamo con actividades varias como la música en directo y los cócteles con vistas privilegiadas ya se habían consolidado, pero el distanciamiento social ha hecho necesario dar un paso más.
Aquí es donde entran los conocidos como trabajadores nómadas. Este término, muy común en la mayoría de los países europeos, se refiere a personas que trabajan de forma remota, muchas veces autónomos, que utilizan las nuevas tecnologías como base de sus tareas. Ahora, el Covid-19 ha dado un impulso global al teletrabajo, una práctica a la que muchos no acaban de cogerle el gusto debido, en parte, a la incapacidad de concentrarse --o incluso de desconectar-- al vivir y trabajar en un mismo espacio, sin la ruptura física que ofrece la oficina. Los coworkings, lugares donde teletrabajar si pagas por horas o días junto a otras personas, son una solución a este problema. Y los hoteles no quieren desaprovechar la oportunidad que se les presenta con su auge.
Diversificar el negocio
Habilitar los espacios comunes, como zonas de trabajo para autónomos y trabajadores en remoto, es una manera de optimizar mejor los recursos y diversificar el negocio. Este servicio tiene una mayor demanda durante el día y entre semana, es decir, cuando los hoteles tienen menos ocupación.
El Hotel Schani de Viena fue el primer hotel startup en Europa que integró el coworking en sus instalaciones, en el 2015, para satisfacer las necesidades tanto de los trabajadores locales como de los viajeros contemporáneos al crear y dinamizar, de esta forma, a una comunidad híbrida. Inicialmente, integraron un espacio en el lobby del hotel, que incluía 12 mesas que los huéspedes podían usar gratis y por las que los vecinos pagaban una membresía. Ahora, toda su filosofía gira en torno a este concepto.
Pioneros en España
La Cocotera, en Tarifa, es uno de los pioneros en implementar esta práctica en España y en Europa. Trabaja con esta mentalidad desde 2014, aunque bajo el concepto de hostel --más parecido a un albergue--. Según Marina, una de sus cofundadoras, la inspiración fue el público internacional que acudía a sus playas para practicar kitesurf. “Quisimos crear un espacio para ellos. Algunos necesitaban un sitio donde hospedarse, pero otros solo uno donde trabajar, porque a Tarifa vienen muchas autocaravanas”, explica. En aquel momento, recuerda Marina, todavía resultaba extraño ver a gente trabajando con portátiles en los bares. “Les dimos un espacio donde no se sintieran bichos raros y pudieran relacionarse con gente en su misma situación y con inquietudes parecidas”, relata.
Las dos socias de este proyecto crearon así un nuevo concepto, el workations, una mezcla de trabajo y vacaciones. Mayoritariamente lo practican jóvenes con empresas online o que trabajan en remoto, muchos de ellos como autónomos. “Aquí estás trabajando, pero sientes que no. Después de tu jornada de ocho horas en el coworking puedes ir a la playa y relajarte. Es la clave de la motivación”, asegura Marina. Acceder al coworking de La Cocotera cuesta 10 euros al día o 180 euros al mes. Los usuarios pueden trabajar desde todos los espacios públicos del hotel, incluso desde su terraza con vistas a África, así como en una cocina compartida.
Expansión en proceso
En Barcelona, uno de los únicos locales que han tomado el relevo de esta iniciativa es el Kimpton Vividora Hotel, que cuenta con tres tarifas para disfrutar de su coworking: diaria (por 9 euros), semanal (39 euros) y mensual (79 euros). Estos precios incluyen un espacio donde trabajar todo el día con wi-fi, agua y café gratis, así como un 10% de descuento en la oferta gastronómica del recinto. Si el usuario escoge la opción mensual, también tiene acceso ilimitado al gimnasio y la piscina.
Otros hoteles no han profesionalizado tanto el servicio, aunque sí ofrecen la posibilidad de teletrabajar en sus espacios. Es el caso de The Corner, de NN hoteles, que pese a no contar con tarifas específicas para este tipo de clientes, permite que los ciudadanos locales se sienten en la cafetería y el lobby a trabajar a cambio de consumir en el bar.
Atraer a los locales
En agosto, las pernoctaciones cayeron el 64,3% con respecto al mismo mes de 2019. Solo en Barcelona, el Gremio de Hoteles alertó de la pérdida de 850 millones de euros en seis meses a consecuencia de la pandemia. “La situación no es buena, por eso estamos iniciando acciones destinadas a los locales, que nos están funcionando muy bien”, explican desde Kimpton Vividora Hotel. Entre ellas, destacan un pase para la piscina del complejo de 30 euros al día y disc jockeys tocando en la terraza los domingos por la tarde.
Para esto, son de gran ayuda plataformas como Worktel, aplicación que permite alquilar espacios por horas para trabajar o realizar reuniones. Su cofundador, Ignacio Díaz-Barceló, apunta que la compañía de hoteles Accor ha empezado a alquilar sus espacios para trabajadores no hospedados tanto en los hoteles Ibis como en Novohotel, recientemente. “Antes teníamos que presionarles muchísimo para que ofrecieran este tipo de servicios, pero ahora lo ven interesante. Necesitan ingresos y tienen muchos espacios vacíos”, comenta.
Tendencia sin consolidar
Díaz-Barceló cree que los hoteles-coworking son una “muy buena idea”, pero considera que la actividad económica “todavía está muy paralizada” para que se establezca como una realidad. “Si la gente está en ERTE, o en paro. no se arriesga a pagar estos espacios, se queda en casa”, lamenta. El cofundador de Worktel asegura que han tenido muchas preguntas al respecto en su página web, lo que denota curiosidad entre los trabajadores. No obstante, esto no se ha materializado en un aumento de las reservas. “De hecho, muchos coworkings todavía no han abierto o han cambiado su uso por las medidas restrictivas derivadas de la pandemia”, explica.
Por su parte, el presidente de la Confederación Empresarial de Hostelería y Restauración de Cataluña (Confecat), Santiago García-Nieto, cree que este no es el momento para “desviar” la atención de los temas importantes para la hostelería. En su opinión, la situación derivada del descenso de turistas por el Covid-19 es “muy grave” y deja en agonía a un sector muy importante en el país.